martes, marzo 15, 2011

Viaje a China (8º Día - 2ª Parte) - Shanghai


A las 15:10 del sábado el avión que habíamos cogido en Xi'an aterrizaba en Shanghai, la ciudad más poblada de China (con más de veinte millones de habitantes) y una de las más pobladas del mundo.

Una vez habíamos recogido nuestro equipaje tocaba buscar la manera de trasladarse al centro de la ciudad, ya que el aeropuerto esta situado a algo más de cuarenta kilómetros del centro. Teniamos dos opciones, la primera, la más económica, era coger el tren normal, aunque desgraciadamente no tengo apuntado el precio, y la otra, algo más cara pero más rápida era coger el MAGLEV, el único tren magnético del mundo de uso comercial.


El viaje en este tren costaba 50 yuanes, aunque presentando el billete de avión te hacían un descuento del 20%, con lo que se quedaba en 40 yuanes (unos 5 euros aproximadamente).


Como os podeís imaginar no nos lo pensamos dos veces, la posibilidad de poder montar en un tren que alcanza los 430 kilómetros por hora y que recorre los más de cuarenta kilómetros en menos de 12 minutos por tan solo 5 euros no había que dejarla escapar.


Eso si, el viaje fue muy corto, porque aunque en un principio dicen que hace el trayecto en doce minutos, os aseguro que lo hizo en algo menos, y en poco más de diez minutos, y casi sin darnos cuenta de la velocidad a la que habíamos viajado, llegamos a Long Yang Road, la estación de metro en la que te deja el MAGLEV.

Ya en el centro de la ciudad cogimos el metro (4 yuanes cada uno), primero la linea 2 hasta Century Avenue y allí trasbordo a la linea 4 hasta Luban Road (4 o 5 paradas, no lo recuerdo muy bien).


Una vez en esta parada, Luban Road, tomamos la salida número 1, que sale a la calle Ouxi Road, y siguiendo unos 30 metros hacia la derecha llegamos a nuestro albergue, el Hostel Blue Mountain.


Las cosas como son, no era ninguna maravilla, pero lo habíamos elegido porque estaba bien situado, en pleno centro de la ciudad y con una estación de metros a escasos treinta metros de la puerta del albergue.

Íbamos a pasar tres noches en la ciudad, y el albergue, para estas tres noches, en habitación doble con baño nos costó 880 yuanes más los cien yuanes de fianza, lo que vienen a ser unos 74 euros más los 12 de fianza. Dinero que tuvimos que pagar en metálico ya que aquí tampoco aceptaban la VISA.

Nos aseamos un poco, y después de deshacer (más o menos) el equipaje, salimos a dar una vuelta por la Gran Ciudad. Cogimos el metro (otros 3 yuanes cada uno), para ser más concretos la linea 4, hasta llegar a Nanjin Road, la estación que esta ubicada en pleno centro comercial de la ciudad.



Al salir de la estación, en plena calle comercial atestada de gente, y plano en mano, decidimos preguntar cual era la dirección apropiada para llegar a la zona del rió desde la que apreciaríamos la famosa imagen de la silueta del Bump (el centro empresarial de Shanghai, la zona más moderna). Una amable chinita nos indicó el camino a seguir, hablaba bastante bien el inglés, y así como el que no quiere la cosa se puso a caminar con nosotros preguntándonos diferentes cosas sobre nuestro viaje, etc, etc.

Después de las experiencias vividas durante estos ocho días ya habíamos aprendido algo, así que decidimos no darle demasiada conversación y seguir nuestro camino. Ella se mantuvo a nuestro lado un buen rato, de vez en cuando le respondiamos, pero tampoco le haciamos demasiado caso, así que ella misma, seguramente dándose cuenta de que no había mucho donde rascar, se paró en un determinado momento y se dió la vuelta para volver por donde había venido.


Tras caminar durante diez o quince minutos llegamos por fin al rio Yangtsé, una zona llena de edificios oficiales totalmente iluminados. La zona estaba atestada de gente, desde turistas como nosotros, aunque casi todos orientales, a pequeños comerciantes que te ofrecen de todo, desde bolsos a relojes con pequeños catálogos que tienen en papel.

Pero lo más llamativo de todo era la alucinante imagen de la TV Tower y el resto de la zona del Bump totalmente iluminadas.


Os aseguro que no era fácil coger un sitio en la barandilla para poder hacerse una foto como esta, la gente se agolpaba y casi se peleaba por un sitio, pero al final nosotros lo conseguimos:


Momento durante el cual además nos paso otra graciosa anécdota, pero eso ya lo dejo para la semana que viene.

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