martes, octubre 04, 2011

Viaje a Noruega - 5º Dia (1ª Parte)


Era miercolés 1 de junio, y nuevamente tocaba madrugar. Ese día me levanté a las 7:30 de la mañana para poder afeitarme y ducharme antes de salir.


Os aseguro que levantarse con semejantes vistas en la ventana, escuhando la tranquilidad del campo y con el único ruido de los pajaros y el agua al caer por semejante salto es absolutamente relajante y tranquilizador. Desde luego el sitio era una maravilla para aquel que quisiera ir a desconectar del bullicioso mundo que normalmente nos rodea y relajarse unos cuantos días.


Bajamos a desayunar, el desayuno estaba incluido. Había lo de siempre, café, zumo, tostadas, y algo de jamón y queso. Y aunque en un principio habiamos pensado que el albergue estaba casi vació, pudimos comprobar que por lo menos había alguna pareja con sus hijos.

Aproximadamente a las 9 de la mañana abandonabamos el albergue, momento además que nos permitió apreciar claramente la imagen de nuestro alojamiento, ya que la noche anterior, con semejante oscuridad, no se distinguía demasiado.


Estareís conmigo en que desde luego la imagen del alberge era bastante pintoresca y curiosa, además creo que esta imagen sirve para mostrar claramente la tranquilidad que se rspiraba en dicha zona.


Cogimos el coche, tocaba conducir unos pocos kilometros, aunque no demasiados, nuestro próximo destino, el Glaciar de Nigards.


A eso de las 10 de la mañana aproximadamente llegabamos al centro de atención al visitante del Glaciar de Nigards, un glaciar al que podemos acceder por un desvío de la carretera desde un pequeño pueblo llamado Gaupne, en la carretera panorámica 55, direccion a Jostedal y Gjerde.


En el centro de visitantes ofrecian visitas guiadas, excursiones para caminar sobre el glaciar, y cosas por el estilo, pero despues de curiosear un poco y ver los altos precios que costaba cada excursión, decidimos aventurarnos por nuestra cuenta, al fin y al cabo solo queriamos pasear un poco por la zona y disfrutar del paisaje.


Accedimos con el coche al recinto, y era curioso, había una pequeña casetilla con la valla que veís en la foto, había que rellenar un formulario con la matricula del coche y el número de ocupantes, abonar en nuetro caso la cantidad de 30 coronas, y meter el formulario y el dinero en un buzón que había allí mismo. Lo curioso de todo es que no había nadie controlando que se hiciesen las cosas como es debido. ¿Os imaginais que pasaría si puesieran ese sitema aquí?, pues sencillamente que nadie pagaría.


Con el coche llegamos todo lo más lejos que se podía, hasta donde terminaba la zona de aparcamiento, pero como podeís ver en la foto, el último tramo tendriamos que hacerlo a pie si queriamos llegar a las faldas del Glaciar.

A simple vista apecía que el Glaciar estaba bastante cerca, y aunque en distancia no sería mucho, yo calculo que entre dos y tres kilometros, os aseguro que la caminata de algo más de 45 minutos, por caminos de piedras, y subiendo y bajando escaleras, no fue tampoco ninguna tonteria.


Pero al final llegamos, y os aseguro que la maninata había mercido la pena. Contemplar semjante mole de hielo, con ese color azul tan llamativo, y escuchar el crujir del hielo cada ciertos minutos, era una imagen realmente espectacular que yo creo nunca podré olvidar.


Durante algunos minutos estuvimos allí plantados, recuperandonos del esfuerzo y disfrutando de las espectaculares imagenes que el paisaje nos ofrecía. Logicamente tambien aprovechamos para pedir a otro excursionista que por allí pasaba que inmortalizase el momento.

Y algunos preguntareís, ¿No subisteís al hielo?, pues no, eso es realmente peligroso si no se hace con el material oprtuno, como cuerdas de seguridad, calzado apropiado, y por supuesto, buena ropa de invierno, porque aunque a simple vista veaís que tan solo vamos con una cazadorita, os puedo asegurar el frio que allí hacía era de los buenos.


Lo que si hicimos, y no sin cierto miedo, porque os aseguro que el hielo crujia cada pocos minutos con un ruido bastante aterrador, fue meternos un poco entre el hielo, incluso como podeís ver en la foto, metiendome debajo de un buen pedazo, algo que os aseguro daba mucho respeto.

Porque aunque en las fotos que os he ido poniendo no quede tan claro, hay que decir que el tamaño y la altura del bloque de hielo que teniamos delante era realmente grande, por eso os voy a dejar esta foto en la que podeís apreciar que pequeñas parecen las personas que hay a las faldas del glaciar si las comparamos con la altura del hielo:


Mañana más !!!

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