jueves, junio 05, 2014

Viaje a Estambul (1º Día)

El sabado 10 de mayo del 2014 comenzaba lo que iba a ser mi aventura por tierras turcas, un viaje que tengo que reconocer, habiamos planeado mi madre y yo hace tiempo para estas fechas pero con un destino muy diferente, Moscú.

Lamentablemente, debido a la actual situación en Ucrania, y por tanto, del espacio aereo que debiamos cruzar en nuestro viaje, decidimos en el último momento cambiar de destino, tomando como destino final la bella ciudad de Estambul.

Nuestro punto de partida era Bilbao, gracias a las nuevas lineas que esta implantando la Turquish Airlines en diferentes aeropuertos, habia encontrado un vuelo directo de algo menos de cuatro horas que comunicaba Bilbao y Estambul (307 € cada billete de ida y vuelta).





El avión salía a las 17:00, así que como suecede en este tipo de viajes internacionales, tuvimos que acercarnos al aeropuerto a eso de las 15:00 para hacer el correspondiente checking de equipaje, momento en el acual, además de solicitarnos el pasaporte, se nos solicito para revisión el correspondiente visado que hay que sacar desde abril de este año para acceder a Turquia. Es un visado parecido al que se saca para entrar a los Estados Unidos, y se puede sacar por internet previo pago de 20 dolares (pinchar aquí).


A las 17:00, tal y como estaba previsto, nuestro avión despegó con destino Estambul, y pasados unos 45 minutos nos sirvieron una de esas agradables comidas de avión que tan complicado se hace comer en ese pequeño espacio reducido en el que uno va sentado.

La diferencia horaria en Turquia es de una hora menos con respecto a nosotros, así que entre el vuelo, el control de pasaportes y el tiempo de espera para recoger nuestro equipale, que la verdad es que fue bastante largo, nos dieron más o menos las 21:30, hora en Turquía.

Una de las primeras cosas que teniamos que hacer al llegar a nuestro destino era cambiar moneda, así que mientrás mi madre esperaba el equipaje, yo aproveché para acercarme a una de las numerosas oficinas de cambio que hay en el aeropuerto, cometiendo un error que ahora os contaré. Cambié 600 €, así que teniendo en cuenta que la Turquish Lira estaba a 2,84, me dieron 1706,70 liras, a lo que habia que descontar la comisión, quedandose en total en 1635 liras lo que me quedaba a mi en la mano. Y digo que cometí un error porque posiblemente no debería haber cambiado tanto dinero, si no que lo mejor quizás hubiese sido cambiar lo justo para el taxi y algo más y haber dejado el cambio grande para una de las muchas oficinas que hay en la ciudad y en la que no se cobra ningún tipo de comisión.

Lo segundo que teniamos que hacer era coger un Taxi, y la verdad es que fue bastante facíl, salimos fuera y me acerqué al primero que ví, uno que ni si quiera era el primero de la fila de Taxis que había allí esperando, le pregunté si podiamos subirnos, y el hombre encantado me contestó que si.


Le enseñé el mapa que tenía con la dirección del albergue, y tras un trayecto de quince o veinte minutos, llegamos al barrio de Sultanhamet, donde se encontraba nuestro albergue, el Sultan Hostel. El precio de la carrera fue de 40 TL, unos 13 o 14 euros. La verdad es que la zona parecía interesante, había ambiente y el sitio parecia bien ubicado.

Una vez en el albergue, tocaba pagar el alojamiento, y primer problema, la VISA no daba el visto bueno, así que me tocó pagar con la MASTERCARD, menos mal que para estos viajes siempre acostumbró a llevar dos tarjetas. El preció del albergue era de 524 €, a lo que habia que sumar los 36 € que había pagado previamente por la reserva, en total, 560€ por diez noches en una habitación doble con baño, desayuno incluido.


La habitación no era excesivamente amplia, pero estaba bien para lo que la queriamos, dormir a la noche, ducharnos y poder dejar nuestras cosas, ya que en este tipo de viajes, generalmente lo que menos haces es pasar tiempo en el hotel. Quizás el único pero que se le podía poner es que era un cuarto piso sin ascensor.

Llegabamos cansados, y aunque era algo tarde, somo suele ser normal en este tipo de viajes, la emoción de llegar a una nueva ciudad nos hizó lanzarnos a la calle a patear un poco los alrededores del albergue.


Curioseamos un poco y enseguida nos volvimos al albergue, estaba lloviendo, así que el tiempo no invitaba mucho a pasear. Decidimos tomar algo en el bar que daba acceso al albergue, una cerveza yo y una cocacola mi madre (13 TL, unos 4 euros)y enseguida subimos a la habitación a descansar, ya eran las doce de la noche y al día siguiente nos esperaba un duro día de caminatas.

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