Hace justo una semana publicaba otro articulo, podeís recordarlo pinchando aquí, en el que os comentaba como uno de los problemas de mi trabajo es que en algunos casos nos toca grabar o cubrir noticias que luego nos vemos reflejadas en los informativos, aunque también tengo que reconocer que en el caso de la noticia de la que os hablé la semana pasada estaba equivocado, ya que luego otro compañero me comentó que él si la había visto en el informativo.
Pues bueno, hoy voy a hablaros de otro de los grandes inconvenientes que tiene este tipo de trabajo, el de las horas de espera.
Lógicamente, cuando uno va a cubrir una rueda de prensa, un concierto, o un evento deportivo, uno siempre tiene un horario más o menos prefijado, aunque ya sabemos que este tipo de actos siempre acaban retrasándose algunos minutos, pero en cambio hay otras noticias en las que las horas de espera se convierten en gran parte de nuestra jornada laboral.
Casos como el de la colocación de una determinada pieza en una obra, reuniones políticas en las que tan solo nos dejan grabar los primeros minutos y a las que tenemos que esperar finalicen para tener declaraciones y valoraciones sobre las mismas, etc, etc, son noticias en las que como os he dicho pasamos la mayor parte de nuestro tiempo a la espera sin poder hacer nada de nada.
Pero lo peor es cuando se producen errores en algún punto de la cadena de producción que llevan a malentendidos como el que se produjo ayer a la tarde y en el que me vi involucrado en persona:
A las 15:30 de la tarde recibo una llamada de producción, quieren mis datos (nombre, DNI, etc) y el de mi ayudante para acreditarnos en el Aeropuerto de Hondarribi, ya que a las 17:50 debemos estar allí para entrevistar al ciclista Patxi Vila, eso si, el periodista no puede acudir y nos mandan las tres preguntas que debemos hacerle por FAX (algo muy común aunque suene extraño decirlo).
Como a mi siempre me gusta ir con tiempo y llegar antes a los sitios, a las 17:35 ya estamos en la garita de seguridad del aeropuerto recogiendo nuestra acreditación, tras lo cual nos vamos a esperar a la zona de embarque a nuestro protagonista. Entre una cosa y otra estamos allí plantados a las 17:45, tan solo 5 minutos después de que hayan embarcado los pasajeros del vuelo a Barcelona de las 18:00, pero 5 minutos antes de la hora a la que nos han citado.
Pienso que no será ese el vuelo que debe coger el ciclista que yo espero, pero por si acaso decido mirar a través de los cristales en la zona de embarque por si ya estuviese dentro de esta zona.
Es un aeropuerto pequeño, por lo que no hay más de 12 o 13 pasajeros allí esperando, entre los que yo no creo ver a la persona a la que estamos buscando. Finalmente el avión despega a su hora, las 18:00.
Seguimos esperando en la zona de embarque, pero a las 18:25, cuando ya llevamos más de media hora esperando, decido llamar a producción para ver si me pueden indicar si el ciclista al que espero coge el avión a Madrid de las 19:00 o por el contrario iba en el de las 18:00 a Barcelona y ya se nos ha escapado, pero la respuesta es que allí nadie sabe nada, así que debo mantenerme a la espera.
A las 18:40 se abre el embarque de los pasajeros del avión con destino a Madrid, pero allí sigue sin aparecer nadie. Pasan los minutos y cuando tan solo faltan 5 minutos para el despegué del avión incluso se me acerca la Guardia Civil, extrañados de que lleve allí tanto tiempo plantado, para decirme que espere al que espere ya no toma ese avión, porque ya ha cerrado las puertas y se dispone a despegar.
Nueva llamada a producción, me dicen que me mantenga a la espera, y pocos minutos después recibo la llamada que desvela y aclara toda la situación. En algún punto de la cadena ha habido un mal entendido, y el ciclista Patxi Vila lleva esperándome más de una hora, desde las 18:00, delante del Polideportivo de Hondarribi, no en el aeropuerto.
Afortunadamente este tipo de errores no suceden todos los días, aunque os sorprenderíais de la cantidad de anécdotas de este tipo que podemos contar aquellos que trabajamos en esta profesión.
El resultado: tres horas y media de trabajo para una faena que se podía haber realizado en poco más de una hora.
4 comentarios:
.-IGNIGO: Bueno, tiempo perdido; pero tú a cobrar ¿no?
.-Y si no, que organicen mejor...
.-Saludos.
Pues con la tonteria salí del trabajo dos horas más tarde de lo que debia, pero bueno, si, me pagan las horas extras.
pues yo estoy aquí en conil, esperando a rodolfo pescanova y hasta que no venga aquí me quedo. Besos
Ya veo que hasta de vacaciones te acuerdas de mí, ¡Que lo pases bien!, aunque me da que ya te queda poco.
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