martes, agosto 19, 2014

Viaje a Praga (1º Día)

El lunes 4 de Agosto del 2014 comenzaba el que iba a ser mi segundo, y espero que no el último, viaje de este año. Y esta vez el destino elegido era Praga, en la República Checa, ciudad a la que he acudido en compañía de mi hermana Eva.


Actualmente como he dicho, Praga es la capital de la República Checa, pero en su día fue tambien capital de Checoslovaquia y del Antiguo Reino de Bohemia. Situada en las orillas del río Moldava, tiene aproximadamente 1,2 millones de habitantes, lo que la convierte en la ciudad más poblada del país. Desde 1992 el casco histórico de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad, y su belleza y patrimonio histórico la convierten en una de las veinte ciudades más visitadas del mundo.

En el momento de organizar mi viaje a tierras checas, busqué la posibilidad de hacer un vuelo directo, pero desgraciadamente solo encontré uno con Vueling desde Barcelona que no nos venía bien por horario, así que tomamos la decisión de viajar desde Bilbao aunque fuese con escala en Frankfurt. 


A las 15:30 de la tarde del lunes empezaba nuestra aventura desde Intxaurrondo, lugar desde donde partimos en mi coche en dirección al aeropuerto. Trás una hora más o menos de viaje, llegabamos al aeropuerto, al aparcamiento P1, donde habia reservado plaza por internet para dejar el vehiculo durante los seis días. Si teneís intención de ir al aeropuerto en coche como yo, os aconsejo que hagaís la reserva, el ahorro es considerable, 59 € los seis días frente a los más de cien que sería con la tarifa normal.

Sacamos nuestras tarjetas de embarque en la ventanilla de Lufthansa, y pasamos los controles de seguridad para esperar a que llegase nuestro momento de embarcar, supuestamente a las 18:25. Como dato os diré que los billetes de Bilbao a Praga nos costaron 264 € cada uno, aunque se pueden conseguir más baratos sacandolos con más antelación de lo que lo hice yo.

Yo había sido previsor, viendo el poco tiempo que teniamos entre el vuelo con llegada a Frankfurt y el vuelo con destino a Praga, escasos 25 minutos entre el aterrizaje y el embarque, le había aconsejado a mi hermana viajar con equipaje de mano para evitar perdidas de las maletas.

Pero enseguida empezaron los problemas, si en realidad a las 18:25 era cuando teniamos que embarcar, a las 18:45 aún no había llegado nuestro avión al aeropuerto, con lo que estaba claro que el retraso iba a ser considerable, lo que podía afectar a nuestra conexión en Praga.


Pasadas las siete de la tarde, comenzabamos a subir a nuestro avión, estaba claro que el retraso iba a ser considerable, y yo cada vez empezaba a tener más claro que el vuelo a Praga lo ibamos a perder, ya que cada vez se hacía más dificil que llegasemos con el tiempo necesario para buscar la neva puerta de embarque y para subir a nuestro vuelo.


Con casi cuarenta minutos de retraso nuestro vuelo despegó, y fue entonces cuando hice la pregunta a las azafatas, ¿Podía tener problemas para coger mi vuelo a Praga?, y la respuesta como me esperaba fue bien clara, "podía tener problemas no, los tenía todos".

Afortunadamente el piloto consiguió recuperar tiempo en el vuelo, y aunque las azafatas me habian comentado que el retraso venia dado por fuertes tormentas en Alemania, la verdad es que llegamos más rapido a Frankfurt de lo que yo me esperaba. Nuestro vuelo a Praga despegaba a las 21:50, y el embarque se realizaba a las 21:25, así que cuando nuestro avión aterrizó a las nueve y media en tierras alemanas, yo le dije a mi hermana, corre detrás mio y no pares, que con suerte cogemos el otro vuelo.

Y tuvimos suerte, ya con el proceso de embarque comenzado, llegamos a nuestra puerta, habian sido momento de tensión en los que yo hubiese apostado que nos quedabamos en tierra, pero afortunadamente conseguimos embarcar a tiempo y continuar con nuestro viaje a tierras checas.

A las 23:05, con unos quince minutos o algo más de retraso, llegabamos a Praga, nuestro destino. Para evitarnos problemas y complicaciones de taxis, yo habia reservado en la página Viva Praga el servicio de recogida en aeropuerto. Seguramente el sevicio es más caro que el taxi normal, pero así me aseguraba no complicarme la vida, ya que a esta compañía yo le habia mandado mi número de vuelo, mi hora de llagada, y lo más importante, la dirección de mi albergue, para no tener que andar explicandole a donde ir con mi pobre dominio del inglés. El servicio cuesta 550 CZK o 23 €, y se le paga directamente al conductor una vez realizado el viaje.


Trás unos veinte minutos de trayecto en coche, llegabamos al Travellers Hostel Praha, nuestro albergue, en pleno Old Town de la ciudad, vamos, a escasos cinco minutos andando de los sitios más emblematicos de Praga. Antes de dejar el vehiculo pacte con el chofer la hora de recogida para el domingo, de esta manera me quitaba tambien complicaciones para buscar un taxi que nos llevase al aeropuerto.

Ya en el albergue pagué lo que me quedaba por pagar de la reserva de la habitación doble con ducha para los seis días (8809 CZK) y nos explicaron como funcionaba el tema de las claves electronicas para el sistema de seguridad de apertura de las puertas de entrada al albergue.


Nuestra habitación era exterior, espaciosa, y bastante comoda, con lavabo y ducha, aunque sin baño, pero bueno, no había mucho problema ya que estaba en la puerta de enfrente del pasillo. Así que dejamos el escaso equipaje que llevabamos, y como suele ser habitual en estos viajes, salimos a da una pequeña vuelta por los alrededores del albergue.


Como os podeís imaginar, estabamos cansado, llevabamos más de ocho horas de viaje entre coche, aviones y esperas en el aeropuerto, pero sacamos las fuerzas suficientes como para acercarnos a la Plaza Staromestske y disfrutar de las primeras impresiones de una ciudad que ibamos a descubrir en los próximos días. Finalmente, a eso de las 24:45, nos retiramos a descansar a la habitación.

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