martes, agosto 26, 2014

Viaje a Praga (2º Día - 3ª Parte)


Como os estaba comentando, pasear por la Golden Lane es algo divertido y agradable, aunque seguramente lo será más en otras fechas, pero eso sí, no os hagaís una idea equivocada, se trata de una zona bastante pequeña, y en poco más de una hora habreís visitado practicamente todo lo que hay en la zona para visitar.


Nuestra siguiente parada fue la Catedral de San Vito, un símbolo de Praga y de toda la República Checa, tanto por su historia tempestuosa como por su valor artístico. Fue la culminación de las reivindicaciones de los reyes de Bohemia que quisieron convertir la diócesis de  Praga en arzobispado. Ha sido el escenario de la coronación de todos los reyes de Bohemia y en ella se encuentran también enterrados todos los santos obispos y arzobispos y un buen número de reyes. La catedral, aunque católica, es de propiedad estatal desde el inicio de su construcción en el siglo XIV.


Posiblemente, una de las cosas que más me llamó a mi la atención de su interior, fue la majestuosidad de sus vidrieras, dignas de ser admiradas.


Y de la Catedral, pasamos a lo que es propiamente el Palacio Real, posiblemente el sitio más pobre de los tres, ya que realmente en su interior no hay gran cosa que ver. Aquí teoricamente esta prohibido hacer fotografias, pero con un poco de disimulo, se pueden hacer sin que nadie te diga nada.


Eso sí, desde algunos de sus compartimentos se tiene acceso a algunas terrazas desde las que se consiguen panoramicas excelentes de la ciudad. Como dato deciros que cuando abandonamos el Palacio nos topamos con el Pequeño Museo el Juguete:


Un pequeño museo que llamó nuestra atención y en el que entramos a curiosear, pero aunque pudimos pasear por los pequeños pasillos que daban acceso a la Sala Principal, al llegar a esta nos encontramos con que había que pagar 30 CZK, y aunque no es más que un euro, nos pareció que la pequeña sala de exposiciones no tenía gran cosa que aportarnos.


Eran ya casi las 15:30 del mediodía, asi que tomamos de nuevo la Calle Nerudova y comenzamos a bajar por donde habiamos subido, hasta llegar al restaurante en el que habiamos hecho nuestra parada a las doce del mediodia.


Teniamos hambre, y como era lógico, ganás de probar la comida checa, así que nos pedimos un buen plato de Goulash cada uno, una ración de patatas fritas para compartir, y una jarrita de cerveza cada uno para acompañar.


El precio de la comida fueron 499 CZK, algo así como veinte o veintidos euros más o menos, un precio más que razonable para lo que habiamos comido.


Y de allí, atravesando de nuevo la Parte Vieja de la Ciudad, el Puente de Carlos, y claro esta, la Plaza principal de la ciudad, llegamos a un pequeño supermercado alado del albergue en el que teniamos que hacer un par de compras de algunos productos que no habiamos podido meter en la maleta al llevar equipaje de mano, como Champú y pasta de dientes.


Eran las 17:30 pasadas y tocaba descansar un poco en el albergue después de la buena caminata que nos habiamos metido a la mañana. Por cierto, no lo había comentado, pero como veís, el albergue disponia de un pequeño comedor con cocina equipada con todo lo necesario en la zona de las habitacciones por si alguien quería llevarse algo que cocinar para comer o cenar, y os aseguro que en más de una ocasión concidimos con gente comiendo allí.

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