Un frontón que recordaré siempre por sus interminables escaleras que hacen que el trabajo de montaje, y sobre todo el de desmontaje, sean un verdadero calvario.
Pero bueno, una vez pasada esa dura jornada de trabajo, y os aseguro que en este caso lo del adjetivo "dura" es realmente cierto, llega el momento de afrontar una extraña semana en la que casi hay más días festivos que días laborables.
Espero que aquellos que hayaís podido cogeros alguno de los puentes disfruteís de todos estos dias de fiesta, y a los que como a mí os toca trabajar de forma intermitente (un dia si y otro no), pues nada, a disfrutar de esos dos días festivos que tenemos rompiendo la semana.
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