A la edad de 64 años moría en su domicilio neoyorquino por culpa de un cáncer.
Malcom McLaren ya era conocido en el mundo de la música británica a principios de los 70, pero fue cuando comenzó a trabajar junto a los Sex Pistols cuando realmente saltó a la fama.
Los Pistols llegaron a convertirse en uno de los grupos más influyentes de la historia del rock, a pesar de que nunca fueron buenos músicos. La leyenda dice que a Sid Vicious le apagaban el bajo durante los conciertos porque estaba tan colocado que no daba una. Un bajista anónimo y oculto tocaba detrás del escenario, mientras Sid montaba un verdadero espectáculo. Pero compensaban sus carencias técnicas con un enorme impulso creativo y un potente directo. Melodías simples, canciones de corta duración, guitarras amplificadas al máximo y pocos arreglos... composiciones muy primarias, pero críticas, reivindicativas y radicalizadas en el plano político.
¡Descanse en paz!
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