Poco a poco uno va viendo como se terminan las vacaciones de verano, y con ello hay que ir preparandose psicologicamente para la vuelta al trabajo y a la rutina diaria. Aún me quedan tres dias para disfrutar, pero cada vez esta más cerca el duro momento de volver a la dura vida del trabajador.
Es verdad que tan solo han sido dos semanas de vacaciones, pero si a eso sumamos los casi 32 dias que he estado sin trabajar por mi problema en la mano, pues se puede decir que llevo practicamente dos meses fuera de la rutina laboral.
Pero que le vamos a hacer, la vida sigue y hay que asumir lo que nos trae.
Llega el momento de hacer Balance sobre las vivencias de estas vacaciones, y la verdad es que aunque han sido solo dos semanas, se puede decir que han sido intensas.
Alguna cena en la Sociedad Loyolatarra con los amigos, una escapada a Catalunya de tres dias pero en la que he tenido tiempo de hacer muchas cosas, turismo rural, disfrutar del sol y la piscina y como no, de dejar mi sello en las fiestas del conocido pueblo de SORT.
Tambien ha habido comidas familiares con la familia en la Sociedad, como la que me espera este Sabado para celebrar el cumpleaños de mi sobrina y ahijada Irati. Y como no, las fiestas del barrio, en las que solo he estado un dia pero en la que me entregué en cuerpo y alma, y nunca mejor dicho.
Y por supuesto, lo que posiblemente más me ha marcado en estas dos semanas, la celebración de mi 32º Cumpleaños.
Supongo que aún me queda mucha vida por delante, pero uno va llegando a unas cifras que le hacen pensar, uno ya no es ningún chabal y comienza a hacerse preguntas:
¿Se puede seguir a los 32 llevando el ritmo que yo llevo o ya va siendo hora de sentar la cabeza?
¿Será el momento de buscar algo estable emocionalmente hablando o realmente debo seguir como estoy?
Demasiadas preguntas filosoficas que posiblemente aparezcan por la depresión de tener que volver a la dura vida laboral el proximo lunes.
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