Articulo anterior: Viaje a China (1º Día) - Salida
Domingo 31 de Octubre del 2010
Después de diez horas de vuelo en las que la verdad yo tuve la suerte de dormir buena parte del tiempo, a eso de las siete u ocho de la mañana, no lo recuerdo bien, llegábamos por fin a nuestro primer destino en China, su capital Beijing, conocida también por muchos como Pekín.
Tras pasar los correspondientes controles de inmigración, en los cuales hay que entregar rellenado una especie de formulario que nos habían entregado en el avión, tocaba cambiar dinero para poder movernos utilizando el transporte público.
Para conseguir moneda china, el yuan, hay varias opciones. La más rápida de todas es la de recurrir a las muchas oficinas de cambio que hay en los aeropuertos, no cobran comisión, pero el cambio lo hacen a un precio menor que en un banco, es ahí donde ganan dinero.
Otra opción es como digo acudir a un banco, el cambio nos va a salir mejor, porque nos pagaran más por cada euro, el problema es que hay que buscar una oficina, que no es fácil, y que además suele ser un proceso más lento y laborioso.
En las oficinas de cambio es suficiente con presentar el pasaporte y firmar un recibo, eso sí, es importante que guardéis el recibo que os entregan por si al final del viaje queréis cambiar de nuevo los yuanes que os han sobrado a euros.
Sinceramente, a no ser que vayáis a cambiar una suma muy alta de dinero, creo que merece la pena, por la facilidad y la rapidez, recurrir a una de estas oficinas de cambio.
Para que os hagáis una idea del valor del yuan os diré que en el momento de realizar nosotros el viaje se pagaba a unos 8,5 yuanes el euro, lo que vienen a ser algo menos de 12 euros los 100 yuanes.
Tampoco os recomiendo que cambieis dinero a desconocidos, es posible que os ofrezcan algún cambio de este tipo antes de llegar a alguna oficina, pero os arriesgáis a que os hagan un cambio a la baja y sobre todo a que os den dinero falso, que parece ser que abunda, especialmente los billetes de 50. Lo notareis a la hora de pagar, ya que si pagáis con un billete de estos podréis ver como lo estudian de arriba a abajo antes de aceptarlo.
Así que una vez habíamos conseguido divisa china para poder movernos por el país cogimos el metro para poder acercarnos al centro de la ciudad.
El aeropuerto esta a poco más de 25 kilómetros de Beijing, así que yo os recomiendo coger el metro, para ser más exactos el Servicio Express del aeropuerto, que en tan solo 12 o 15 minutos y por 25 yuanes (unos 3 euros) te lleva al centro de la ciudad. Es una opción cómoda, rápida, y mucho más económica que el taxi.
En la estación de Dongzhimen tocaba hacer trasbordo a la linea 2 del metro. Sacar billete es relativamente fácil si sabemos a donde queremos ir, ya que no tendremos que hablar con nadie en chino para comprarlo. En las estaciones de metro hay maquinas expendedoras de billetes que funcionan en chino y en inglés,a si que no tendremos demasiados problemas.
El precio del billete varia dependiendo de lo largo que sea nuestro trayecto, pero se mueve entre 2 y 3 yuanes el billete. En nuestro caso teníamos que ir a Jishuitan, tan solo tres paradas, así que el billete nos costaba 2 yuanes cada uno.
Es curioso que en realidad no es un billete de papel, se trata de una especie de tarjeta magnética que pasamos por el torno cuando entramos en el metro para que nos deje pasar y que volvemos a utilizar al salir de la estación, aunque en este caso la maquina se traga la tarjeta.
Supongo que con la cantidad de chinos que utilizan el metro, de esta manera se ahorran un dineral en gasto de papel.
Una vez llegamos a la estación de Jishuitan tomamos la salida A, ya que la mayoría de las estaciones tienen luego diferentes salidas que salen en diferentes puntos de la calle. Se sale a una calle sobre la cual circula una autopista. Tenemos que cruzar al otro lado de la calle siguiendo la dirección de la autopista, aunque cruzar no es fácil, como ya os comenté en este otro articulo en el que tenéis un vídeo de este cruce en cuestión.
Estamos en la calle XinJieKou WaiDaJie, asi que una vez estamos al otro lado de la calle de la estación de metro tenemos que continuar andando hacia la derecha unos cien o ciento cincuenta metros hasta dar con esta calle que tiene en la entrada una típica puerta china:
Es importante tomar este tipo de referencias porque os aseguro no es fácil orientarse en Beijing teniendo en cuenta el tipo de señalización que nos encontraremos, fijaros por ejemplo en los carteles e indicaciones de esta foto sacada en la entrada de la calle que como os he dicho tenemos que coger:
Pasamos por debajo de la puerta de la foto anterior y seguimos andando por esta calle, por el lado de la derecha. Pasamos por alado del Centro Chino de Investigación de Películas, y unos cien o ciento cincuenta metros más adelante encontramos un cartel que nos marca hacia la derecha indicando la calle (Zhi Qiang Bei Yuan) donde esta el albergue al que nos dirigimos, el Beijing Heyuan International YH, pero cuidado con el cartel, porque como veis en la foto no esta en muy buenas condiciones:
Seguimos andando por esta calle unos 50 metros y enseguida encontramos al albergue, nosotros llegamos a eso de las 9:30 de la mañana, y aunque en un principio pensábamos que igual nos ponían alguna pega para coger nuestra habitación tan pronto, la verdad es que nos atendieron amablemente y no nos dijeron nada:
Teníamos la reserva hecha por Internet, así que ya teníamos garantizada por lo menos la estancia durante nuestras primeras tres noches en la capital de China, Beijing.
La reserva nos costo 36 yuanes, y una vez en el albergue pagamos el resto del importe, otros 684 yuanes, en total 720 yuanes (unos 85 euros), por una habitación doble con baño y tele para tres noches, lo que supone algo más de 14 euros por persona y noche (muy buen precio teniendo en cuenta la calidad del albergue):
Eso sí, os aviso, tanto en este como en el resto de albergues en los que me alojé en China tuve que pagar en metálico, no admitían el pago con tarjeta, además en todos hay que dejar unos cien yuanes de fianza por la llave que nos devuelven al terminar nuestra estancia y devolver la llave en perfecto estado.
Así que una vez instalados en nuestra habitación tocaba asearse un poco, cambiarse de ropa y armarse de valor para enfrentarse a una ciudad con más de veinte millones de habitantes:
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