Articulo anterior: Viaje a China (17º Día - 2ª Parte)
Estabamos en el Templo del Alma Escondida, y teniamos que dirigirnos al centro de la ciudad, el problema es que no teniamos muy claro como ubicarnos dentro de los jardines del templo, ya que aunque había algún que otro mapa, estaban en chino, por lo que se nos hacía realmente complicado despues de las vueltas que habiamos dado, saber donde estabamos realmente.
Decidimos tomar una de las salidas que marcaba el mapa, luego ya conseguiriamos llegar a la zona por la que habiamos accedido al Templo bordeando los jardines.
Y es lo que hicimos, fuimos a pasar a unas calles bastante curiosas, unas calles en las que se podia ver a los chinos de la ciudad de Hangzhou tal y como ellos eran.
Es lo bueno que tiene viajar por libre, que al final uno acaba viendo lo que realmente es la cultura del lugar donde hemos ido de vacaciones. Uno no se limita a ver los puntos de interés turistico que quieren enseñarnos, si no que uno se empapa del ambiente real de cada ciudad, como nosotros en este caso.
Incluso llegamos a pasar por delante de varios pequeños restaurantes locales, pero para ser sinceros, no nos atrevimos a probar, decidimos ser más tradicionales y acercarnos a un KFC a comer otro tipo de comida que nos fuese más habitual. Eran ya las 14:15 de la tarde, y los dos menus en el KFC nos costaron 63 yuanes, algo menos de 8 euros.
Siguiendo la costumbre terminamos nuestro almuerzo con un postre en la tienda de Donuts que habia enfrente, un par de cafés y unos cuantos Donunts, precio 43 yuanes, poco más de 5 euros.
Ya habiamos recuperado fuerzas, así que decidimos darnos una vuelta por el centro de la ciudad y acercarnos al famoso Lago Oeste.
Eso sí, de camino al lago pudimos comprobar como claramente en el país va ganando terreno la economia de consumo, ya que en una de las zonas que recorrimos eran varios los concesionarios de coches de lujo que encontramos.
Tras caminar un buen rato llegamos a la zona del lago, una tranquila y bonita zona en la que se podía pasear. Muchos canales y puentes que rodeaban un enorme lago en el que destacaba en su centro una pequeña isla que según habiamos leido se podia, y es más, se recomendaba, visitar.
Mientras paseabamos por las orillas del lago se nos acercaron unas orientales, querian sacarse una foto con Seve, como ya os he dicho en otros articulos, su estatura y sus rasgos occidentales les llamaban mucho la atención, así que Seve no solo accedió, si no que como veís en la foto se tomo la confianza de coger a la chinita en brazos, algo que hacia reir mucho a sus compañeros y compañeras de viaje.
Intentamos coger una de las barquitas que te acercaban a la isla, pero ya eran las 16:15 y según leiamos en los letreros, se cerraba a las 16:30 (precio de la barca 45 yuanes por persona), así que decidimos dejarlo para el dia siguiente, siempre y cuando el tiempo respetara.
Andando, andando llegamos a una pequeña placita delante del lago en la que había mucha gente sentada en sillas. Cada 15 o 20 mintos comenzaba un espectaculo de chorros de agua que se movían al ritmo de la música que sonaba por megafonia. No era tan espectacular como el que en su día presencié en Las Vegas, pero la verdad es que era curioso y divertido, asi que estuvimos un rato contemplandolo.
Continuamos nuestro pateada, a lo tonto nos estabamos pegando una buena caminata, y llegamos hasta lo que parecía la parte principal del paseo alrededor del lago, la zona en la que había algun templo que otro, aunque debido a la oscuridad que ya reinaba, y no eran ni las 18:00, pues como que no se podía ver mucho.
Decidimos emprender el regreso hacia el albergue, algo que no era sencillo, porque os aseguro nos habiamos alejado andando algo más de dos kilometros bordeando el lago, asi que tocaba pegarnos una buena pateada.
Casi llegando al albergue, en la zona ya de la ciudad, abandonando la zona del paseo alrededor del algo, nos encontramos con un bar de estilo britanico (es el establecimeinto de la izquierda de la foto) en el que había Happy Hour de 17:00 a 19:30, asi que decidimos hacer un alto en el camino a tomar una cervecita.
Entramos y nos pedimos unas cervecitas, cada cerveza costaba 30 yuanes, pero como era Happy Hour, acabamos tomando cuatro cervecitas, dos cada uno, por 60 yuanes, lo que acababa siendo un buen precio.
Así que despues de descansar un poco continuamos nuestra caminata de regreso al albergue, momento en el cual pude presenciar la posiblemente unica acción de delincencia que ví en todo el viaje.
Ibamos andando por una calle bastante ancha, Seve por delante mio y yo unos pasos más atrás, no es que es estuviesemos enfadados ni nada parecido, solo que el cansancio no nos permitía casi ni hablar. En ese momento ví como una chica joven se iba acercando de manera un poco extraña hacía Seve, en ese momento Seve se dío la vuelta, y la chica pareció percatarse de que yo estaba con él, así que decidió separarse un poco.
Llegamos a un semaforo, así que tocaba esperar todos allí amontonados a que el semaforo se pusiese en verde para poder pasar. Entonces llegó una chica en bici, una chica, que cmo la gran mayoría de la gente que andaba por la calle iba con sus auriculares puestos y su MP3 en el bolsillo. La chica se hizo un hueco entre la gente que allí estabamos y fue cogiendo sitio en la cabecera para incorporarse a la carretera en cuanto pudiesmos.
La chica extraña que yo había fichado se había colocado a su lado, y aprovechando el gesto y el esfuerzo que la chica de la bici hizo para arrancar, le cogió del cable de los auriculares, tiró para arriba y le desenchufo el reproductor MP3 en menos de un segundo. A paso rápido y metiendose el reproductor en el bolsillo tiró en dirección a la parte izquierda de la calle, mientrás que la chica de la bici tiraba hacia la derecha. Yo cruce la calle y me quedé observando, la chica de la bici paro, se habia dado cuenta de que la música había dejado de sonar, se metió la mano en el bolsillo y se dió cuenta de que su MP3 había volado, miraba para atrás, pero claro, no podía hacer nada, asi que continuo su trayecto. Mientrás en el otro lado dela calle la ladrona se había parado de nuevo en el semaforo con otra chica con la que hablaba, seguramente esperando una nueva victima, pero al ver que nosotros la mirabamos, e incluso la señalabamos, decidió alejarse, aunque seguramente volvería en unos minutos.
Os aseguro que fueron momentos en los que me sentí totalmente inutil, había sido testigo de un robo, tenía a escasos metros a la ladrona, pero no podía hacer nada, ni podía explicar que había visto, ni había ningún polciia cerca, ni sabía en que follón podía meterme al intentar denunciarlo, asi que seguimos nuestro regreso al albergue.
De camino al albergue paramos en una pequeña tienda, donde compramos un par de botes de patatas fritas y un paque te de bollos (15 yuanes), no había mucha hambre, asi que decidimos que eso sería nuestra cena del día.
Ya en el albergue nos pedimos unas cervecitas (8 yuanes cada cerveza de 600 ml.), y mientras jugabamos un poco al billar, nos comimos las patatas y los bollos que habiamos comprado (estan en la parte izquierda de la foto).
Despues un ratito en internet, y a eso de las 24:00 decidimos irnos a la habitación a descansar, ya era una buena hora para irse a dormir, sobre todo despues de la caminata que nos habiamos pegado a la tarde y del intenso día que habiamos tenido, historieta del tren incluida.
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