Articulo anterior: Viaje a China (18º Día - 1ª Parte)
Aprovechando que no llovía, y que parecía que no lo iba a hacer en toda la tarde, decidimos acercarnos al lago con la clara intención de visitar La isla de las Tres Pagodas bajo la Luna.
Coger el barco que nos llevaba a la isla nos costó 45 yuanes cada uno, algo asi como 5 euros y medio. Salía a las 16:00, y aún eran menos cuarto, asi que nos tocó esperar un poco a que diese la hora de zarpar.
Era curioso ver como muchos chinos, aunque especialemente las chinas, estaban enganchados a las telenovelas que apsaban por la tele. Habiamos visto lo mismo en el restaurante donde habiamos comido, las camareras miraban continuamente la tele mientras trabajaban para no perderse anda de lo que pasaba en los seriales. Aqui como veís más de lo mismo, mientras esperabamos a salir la encargada de atender a los ocupantes de la barcaza se entretenía viendo la telenovela en una pequeña tele.
El trayecto a la isla fue cortido, cinco o seis minutos de travesía por el lago hasta llegar a la isla, lugar en el que seriamos protagonistas de otra curiosa anécdota que os relataré enseguida.
El “Islote de Yingzhou” o Tres Pagodas bajo la Luna es la isla más grande del Lago del Oeste y cuenta con tres templos de piedra a su alrededor.
Habian pasado pocos minutos de las cuatro de la tarde cuando pisabamos por primera vez la isla de Yingzhou. Decidimos dar una vuelta y contemplar sus pequeños estanques y sus pasarelas sobre el agua.
Logicamente nos sacamos algunas fotos en diferentes lugares de la isla, mientrás poco a poco ibamos viendo como la luz se iba apagando y como casi sin darnos cuenta iban desapareciendo de nuestro alrededor la mayoría de visitantes que había cuando habiamos desembarcado.
De vez en cuando sonaban algunos mensajes por megafonía, pero claro, en chino, con lo que nosotros no nos enterabamos de nada. Continuamos nuestro paseo por la isla contemplando los diferetentes templos que había repartidos por el islote, pero en un determinado momento la situación llamó mi atención y se lo comenté a Seve, ¿Te has dado cuenta que llevamos un buen rato sin ver a nadie?.
La verdad es que llevabamos un rato sacandonos fotos en algunos sitos y paseando por algunas pasarelas sin cruzarnos con ninguno de los numerosos visitantes que habiamos visto a nuestra llegada, y entonces se me ocurrio preguntarle a Seve, ¿Te has fijado a que hora era la última embacaciónde regreso?.
Ese había sido uno de nuestros errores, ninguno de los dos nos habiamos fijado a que hora era la último barcaza para regresar a tierra firme. Justo en ese momento apareció un chino en bicicleta, iba vestido de uniforme y llegaba montado en una bicicleta con un Walky-Talkie en la mano. Enseguida nos pegó un grito, se acercó a nosotros y habló algo por radio, el hombre no paraba de gritar y de apuntar en una dirección.
Enseguida nos dimos cuenta de los sucedido, era la hora de abandonar el islote (las 16:45) y estaban dando el reapso final a la isla para no dejarse a nadie allí abandonado. Seguimos en la dirección que el hombre apuntaba con el dedo, en apenas cinco minutos llegamos a un embarcadero en el que esperaban tres barcazas. Nos acercamos a la encargada de repartir a los ocupantes de las barcazas y mostramos nuestras entradas, la mujer me preguntaba algo en chino, pero yo no entendía lo que me decía, hasta que otro compañero que hablaba algo de inglés me hizo de interprete, querian saber en que embarcadero del lago habiamos cogido la barcaza, pero eso había sido otro gran error, no nos habiamos fijado, así que nos tocó subirnos a una de ellas sin saber muy bien a que parte del lago nos iban a llevar de regreso.
Y mala suerte, fuimos a montarnos en el que iba exactamente a la otra punta del lago a la que nosotros queriamos ir, así que nos tocó andar bordeando el lago durante casi más de una hora para llegar a la zona de los alrededores del albergue. Una buena pateada que nos habiamos metido en un día que en principio parecía tranquilo. Aunque casi deberiamos de estar contentos, peor hubiese sido si el hombre de la bicicleta no nos hubiese visto y nos hubiesemos quedado tirados en el islote.
Eran poco más de las 18:00 y aprovechando que pasabamos junto a Eudora, el pub donde el día anterior habiamos tomado unas cervezas, decidimos entrar a refrescarnos un poco con un par de cerecitas (dos cervezas cada uno 60 yuanes aprovechando el Happy Hour).
Y aquí fuimos testigos de otra curiosa anécdota: allí estabamos nosotros, disfrutando de nuestra cervecita fresca cuando del piso de arriba vimos bajar a un chico acompañada de tres chicas (todos ellos chinos). Todos llevaban cara de ir bastante alegres, por no decir bebidos, especialmente una de las chicas, que vestia una minifalda apretada muy cortita que se le había ido subiendo poco a poco y que ya llevaba a modo de cinturón enseñando parte de su ropa interior.
Terminaron de bajar las escaleras y sujetandose entre ellos como podían tomaron camino a la calle. Uno de los camareros iba ayudandoles como podía, pero la verdad es que llevaban un pedo considerable. La chica de la minifalda iba agarrada al chico, que paecía ir algo mejor que ellas, pero las otras dos chicasiban por delante agarradas entre ellas. Poco a poco y furto de la inercia que las empujaba para alante fueron cogiendo velocidad hasta llegar a la puerta de la entrada, se apoyaron sobre ella y al abrirse hacia fuera salieron disparadas al exteror del bar saltando los dos o tres escalones que había hasta la calle dando de morros con el suelo.
Disimuladamente nos aceramos a ver el espectaculo, allí estaban ambas chicas tiradas en el suelo despues de un morrazo considerable, una de ellas llevaba las medias completamente rotas, mientras que la otra intentaba levantarse como podia. Os aseguro que el momento era de foto, pero me dió algo de vergüenza sacar la cámara, aunque tal y como iban dudo de que se hubiesen dado cuenta.
Nosotros terminamos nuestras cervezas mientrás nos reiamos comentando la jugada, y pasado un rato decidimos volver a la zona de los resturantes donde habiamos comido a la mañana.
La comida había salido bastante bien, asi que decidimos arriesgarnos nuevamente a la hora de la cena entrando en un restaurante diferente.
Uno de los platos tipicos y que recomiendan probar era el Pollo al Mendigo, pero sinceramente, despues de verlo en alguna que otra mesa, como que nos dió cosa pedirlo, asi que nos decantamos por otros productos tipicos:
Una razión de Carne de Cerdo Dongpo (68 yuanes), una cazuela de almejas y navajas (38 yuanes), y otra razión de carne de cerdo con cacahuetes, cebolla, etc (28 yuanes), odo acompañado claro esta de una buena cerveza, precio total de la cena de los dos, 160 yuanes.
Una vez habiamos cenado y recuperado fuerzas, nos dimos una vuelta por la zona, era curioso ver como la gente hacia una especie de Tai Chi bajo la luz de la luna a las puertas del templo que habiamos visitado el dia anterior.
Nosotros nos aceramos lentamente al albergue, allí nos tomamos un par de cervezas (8 yuanes las dos) mientrás curioseabamos algo en internet, y enseguida a dormir, al dia siguiente nos tocaba madrugar.
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