miércoles, julio 06, 2011

Viaje a China (16º Día - 2ª Parte)


Estabamos en Suzhou y con ganas de comer, asi que la prioridad en esos momentos era localizar un sitio donde poder comer. De todas formas, como faltaba poco paa el 19 de Noviembre, cumpleaños de Seve, este se habóa ofrecido a invitar él a una buena comida a modo de celbración, asi que de camino ya habiamos fichado un par de locales.


Decidimos elegir el FRIDAY'S, ya sé que no es muy tipico ni muy exotico, pero era una oportunidad de darnos un buen homenaje.


No nos privamos de nada, unos entrantes para picar, algo de beber, y unos buenos filetes australianos con salsa de pimienta como plato fuerte.


Os puedo asegurar que la comida que nos metimos fue de las buenas, un autentico homenaje, postre incluido, que como ya os he ido comentando no suele ser habitual en los restaurantes tipicos chinos. Precio total de la comida 661 yuanes.

Nuestro segundo objetivo era localizar en la calle Ren Min, en el número 8, la oficina en la que se sacaban los billetes para el barco que nos llevaría a Hangzhou.


Esta calle pasaba por encima de este rio que veís en la foto, algo lógico, ya que suponiamos que estaría cerca del embarcadero en donde se cogería este ferry o barco que nos llevaría a nuestro próximo destino.

Según había leido yo en la guia, existia un barco que viajaba por la noche (unas 9 o 10 horas) navegando por el rio, y que comunicaba ambas poblaciones, pero sinceramente, por mucho que buscamos, no encontramos ni oficina, ni embarcaderos, ni barco alguno, así que despues de patearnos una buena parte de la extensa calle, decidimos tomar otra alternativa.

De todas formas os diré que antes de ir en busca de esta oficina, yo había preguntado en el albergue por esta opción, la del barco, y con cara de extrañada la chica del albergue me habia dicho que habia dos opciones, tren o autobus, pero que ella no conocía el barco, con lo que quedaba claro que si esa opción debía haber existido en algún momento, ya que asi lo decía la guia, que sepaís que actualmente ya no existe, o por lo menos eso creo.


Había comenzado a llover, y además de forma bastante fuerte, así que decidimos refugiarnos en unos grandes almacenes para descansar un poco y tomar una cervecita. Nuestra primera opción fue entrar a uno de estos bares que veis en la foto, pero a esas horas estaban cerrados (eran las 17:00), así que como os he dicho tuvimos que recurrir a localizar el bar de unos grandes almacenes.

Aquí nos ocurrió tambien otra anécdota curiosa, localizamos el bar de los grandes almacenes y accedimos a él. Al entrar los camareros se quedaron un poco sorprendidos, allí solo habia chinos comiendo, así que al vernos a nosotros, la chica que estaba atendiendo, nos hizo un pequeño gesto como diciendonos que esperasemos y se fue a llamar al que parecía el encargado, ya que vestía traje y corbata. Parececía ser uno de los pocos que hablaba, o chapurreaba, el inglés, así que nos preguntó que es lo que queriamos, le dijimos que dos cervezas, así que nos señaló amablemente una mesa donde sentarnos y pidió en chino a una de las camareras que nos sirviesen dos cervezas.


Cuando llegó la camarera con las cervezas nos las enseñaron para que diesemos el visto bueno, y nos preguntaron si queriamos algo de comer, yo le dije que no, que nada de comer y que tampoco queriamos el vaso, él asintió, nos dijo que eran 12 yuanes cada cerveza y retiraron los vasos.

Era curioso, alli estabamos tomando un par de cervezas, rodeados de chinos comiendo platos de tallarines que nos observaban como si fuesemos de otro planeta, es más, tanto las camareras, como los cocineros, a los que vi asomarse disimuladamente desde la puerta que daba a la cocina, no nos quitaban ojo, era como si no estuviesen acostumbrados a que un occidental se sentase allí con ellos a tomarse una cerveza.

Llevabamos allí un rato sentados cuando una de las camareras se acercó nuevamente con dos vasos, parecía que se había dado cuenta de que estaba bebiendo directamente de la botella y quería solucinarlo, pero cuando llegó con los vasos le dije que gracias, pero que no los necesitabamos, así que volvió a llevarselos.


Pero minutos despues la que parecía la encargada de camareras, pasó por allí, y al ver que no teniamos vasos en la mesa, se dirigió a la barra, dijo algo a sus compañeras y nos trajo dos vasos que dejó en la mesa. Decidí no decir nada, para que, la siguiente camarera que pasase por allí volvería a traernos dos vasos, asi que mejor dejar alli dos encima de la mesa para que se quedasen tranquilas.


Ya habiamos descansado suficiente, así que decidimos ponernos en marcha y volver hacia el albergue, afortunadamente había dejado de llover, así que volvimos dando un paseo y disfrutando de las curiosas estampas que nos ofrecía esta ciudad.

Se nos había quedado pendiente la visita a la Pagoda Inclinada, tambien llamada Tigel Hill, pero según idicaba el mapa esta a casa 8 kilometros a las afueras de la ciudad, y como que no nos apetecía demasiado, ya nos habiamos pegado una buena paliza a patearnos la ciudad.

Así que una vez en el albergue, nos tomamos un par de cervecitas descansando (5 yuanes cada una) y aprovechamos para andar un rato en internet, y solucinar alguna cosilla como la reserva para nuestra estancia en el albergue de Hanghzou.


A las 20:15 salimos a cenar algo deprisa en la McDonalds (dos menus 47 yuanes), ya que queriamos volver cuanto antes a ver la Formula 1 en el albergue, el problema fue que aunque estabamos convencidos de que la darían en algún canal, ya que en Shanghai habiamos visto la anterior, al llegar al albergue nos encontramos con que no emitian la carrera en ningún canal, y eso que las amables chinas que estaban viendo una especie de telenovela tuvieron el detalle de cedernos el mando para dejarnos ver lo que qusiesemos.

Así que toco ver, o mejor leer el desenlace de la carrera a través de la página de MARCA, hasta que a las 22:30, antes de que se terminase, yo decidí irme a dormir, fue Seve el único que se quedó hasta el final, pero yo ya estaba cansado y me daba la sensación de que ya estaba decidida.

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