martes, diciembre 28, 2010

Viaje a China (3º Día - 2ª Parte) - Beijing


Como recordareis nos habíamos quedado justo fuera de La Ciudad Perdida pero en el otro extremo de lo que es la entrada principal. Repito lo que os dije anteriormente, fijaros bien antes de salir ya que en caso de hacerlo, como hicimos nosotros, ya no hay posibilidad de volver a entrar para retroceder hasta la plaza de Tiananmen.


Justo enfrente de La Ciudad Prohibida, al otro lado de la carretera, se encuentra el Jingshan Park, no es que sea una parque demasiado espectacular, pero la entrada solo cuesta 2 yuanes por cabeza y os aseguro que desde arriba las vistas de La Ciudad Perdida son realmente espectaculares.


Hay que subir andando, pero no os preocupéis, aunque puede parecer que hay distancia, para cuando queramos darnos cuenta ya estaremos arriba. Durante nuestra caminata hasta la cima nos encontramos con varios grupos de españoles, unos catalanes y otros valencianos, y estos últimos fueron los que nos hablaron de un centro comercial en el que podíamos hacer nuestras compras en el momento oportuno, una información que como veréis más adelante nos vino muy bien en su momento.


Una vez en la cima aprovechamos para hacer algunas fotos de las vistas, alguna que otra con alguno de los personajes curiosos que por allí andaban y alguna que otra al Gran Buda que hay dentro del templo, algo que en realidad esta prohibido y que varios agentes de seguridad se encargan de que se cumpla.


Es por eso por lo que la foto esta un poco movida, tuve que sacarla rapidamente y a escondidas.



Y una vez completada la visita al parque, poco más de cuarenta minutos, había que resolver el problema de volver al centro. En un principio nos pusimos a andar, pero veíamos que andábamos y andabamos y no llegabamos a ningún sitio, asi que decidimos coger un carrichoche o motocarro de esos que se veían por las calles y que se encargan de llevar a la gente, sobre todo turistas, de lado a lado.


La cosa no fue fácil, nosotros queríamos llegar a Chaoyangmen, el centro financiero de la ciudad, algo que la verdad a simple vista mirando el mapa nos parecía que no podía estar muy lejos, pero el conductor nos pedía 50 yuanes por el desplazamiento. Tuvimos que regatear un poco, pero al final el tipo accedió a llevarnos por 20 yuanes.

Mientras nosotros estábamos montándonos en el vehiculo aprovechó para dejar bajar a su perro del carricoche, pero entonces llegó al cruce una patrulla militar desfilando y un policía que había en la esquina le hizo arrancar sin poder recoger al perro, algo que no pareció importarle mucho, supongo que luego pasaría a recogerlo o que el animal sabría volver solo a casa.



El corto pero intenso viaje en el motocarro fue de lo más divertido, aunque también arriesgado. El hombre circulaba entre los coches a buen ritmo, tocando la bocina, esquivando al resto de vehículos, y de vez en cuando mirando hacia nosotros para soltar alguna risita. Como he dicho el viaje fue bastante corto, porque no fueron más de cinco o seis minutos, pero la verdadera aventura o anécdota llegó en el momento de bajarnos.


Ya en Chaoyangmen paró en mitad de una rotonda, Seve se bajó y yo procedí a pagarle los 20 yuanes en los que habíamos quedado, pero entonces el hombre comenzó a discutir conmigo, decía que el trato habían sido 20 yuanes por cada uno, cuando eso no era para nada lo que yo había negociado. Fueron momentos de tensión, aunque Seve se reía mientrás hacia fotos. El hombre me tenía allí prisionero, no me dejaba bajar del motocarro y exigía el pago de veinte yuanes más, cosa que no hicimos a pesar de sus lloros y ruegos.


Nos dimos una vuelta por la zona y acabamos comiendo en un McDonalds, reconozco que no es que sea un sitio muy típico, pero ya eran las cuatro de la tarde pasadas, había hambre y pocas ganas de seguir andando, así que decidimos darnos un respiro, asegurarnos una hamburguesa y descansar un rato sentaditos. (Precio de los dos menús 46 yuanes).


Después decidimos coger el metro para ir de nuevo a la zona de Qianmen, donde habíamos comido el dia anterior, algo que os aseguro no fue nada fácil ya que encontrar la estación de metro no fue ninguna tontería. Contabamos con los planos que había en la calle pero además de estar en chino estaban bastante mal ilustrados, con lo que perderse siguiendo el mapa era bastante fácil.

Nos costó trabajo, pero después de caminar un rato y pagar los dos yuanes por el billete conseguimos bajar en la linea azul hasta la zona de Qianmen.


Entre una cosa y otra, para cuando llegamos ya eran las cinco de la tarde pasadas, y por tanto ya se había hecho de noche, pero decidimos pasearnos un poco por la calle comercial de la zona y ver un poco el ambiente.

Fue entonces, al llegar al otro extremo de la calle que veis en la foto, cuando nos dimos cuenta de que el adía anterior habíamos cogido el TAXI a tan solo doscientos o trescientos metros del lugar al que le habíamos pedido nos llevase.


La zona es curiosa, tranquila y muy iluminada, un buen sitio para pasear tranquilamente, pero yo os recomiendo que os metáis entre calles, que es donde verdaderamente esta el ambiente tipico de mercadillo chino, ya que en esta calle principal lo que tenéis son tiendas de marca como las que os podeís encontrar aquí en las zonas comerciales de vuestra ciudad.


Así que decidimos parar en uno de los muchos puestos callejeros de comida que había para probar algo de lo que allí tenían:


No me preguntéis que era, porque no tengo ni idea, y además prefiero no saberlo, pero lo que os puedo decir es que malo no estaba y que nos costaron diez yuanes los tres pinchitos que pedimos.


Ya casi al final de nuestro paseo, en una de las muchas tiendas que allí ahí decidí regatear un poco y comprarme de recuerdo el famoso libro rojo de Mao en castellano. En un principio la chinita me pedía ochenta yuanes por el librito, pero como ya os he contado aquí hay que regatear todo y mucho, así que después de un rato de regateo conseguí el ejemplar por tan solo ocho yuanes, diez veces menos de lo que me pedía al principio.


Así que después de un dia intenso de largas caminatas decidimos coger de nuevo el metro y volver al albergue. Allí nos paseamos un poco por el mercadillo que se monta en la calle principal donde esta nuestro albergue, compramos un poco de pan de molde, unas patatas fritas y algunas galletas para nuestra excursión al dia siguiente a la Gran Muralla (23 yuanes) y enseguida a descansar al albergue.


Eso sí, antes de retirarnos a nuestra habitación decidimos tomarnos un breve descanso y disfrutar de un par de cervecitas en el bar del albergue (16 yuanes las dos cervezas TSINGTAO), hasta que a las 22:30, una hora ya bastante prudente para los que son ellos, decidimos irnos a dormir.

4 comentarios:

Francisco Javier dijo...

Que ratas que somos.....por 20 yuanes......lo que se montó¡¡¡¡¡ja,ja,ja. Feliz año 2011 y todas esas cosas...........

Ignigo dijo...

La verdad es que si, por poco más de dos euros el pollo que nos montó, je,je,je.

Igualmente: Feliz Año !!!!!!

BALDOMERO P. dijo...

Buenas tardes Dios lo bendiga Disculpe usted cuanto es un yuan en pesos mexicanos gracias

Ignigo dijo...

Cuando estuve, hace ya algo más de 3 años, 12 euros eran 100 yuanes. Lo que no tengo claro es cuantos pesos mexicanos es un euro.