Articulo anterior: Viaje a China (4º Día - 2ª Parte) - Beijing
Nuestra idea en un principio era haber sacado billete de tren para trasladarnos a Xi'an la noche del miercoles al jueves, pero como ya os conté anteriormente eso no fue posible ya que para cuando fuimos a sacar el billete ya no había localidades en el tren, así que tuvimos que cambiar los planes y viajar por la tarde, algo que trastocaba un poco nuestros planes a primera vista, ya que se puede decir que perdíamos el dia por completo, pero que la verdad no resultó tan molesto ya que ya teníamos visitado todo lo más importante que teníamos planeado ver en Beijing.
Como no teníamos prisa decidimos tomarnos con calma el día y levantarnos cuando realmente hubiesemos descansado lo suficiente, y eso fueron las 9:30 de la mañana.
Nos duchamos, preparamos las maletas, salseamos un poco en Internet, y a eso de las once de la mañana abandonabamos el albergue, momento en el que nos devolvieron los 100 yuanes que habíamos dejado como fianza por la llave de la habitación.
Cogimos el metro en Jishuitan como todos los días (2 yuanes cada uno), linea azul hasta Funxigmen, y allí trasbordo a la linea rojo hasta llegar a Military Museum, la estación en la que nos habían informado debíamos bajarnos. Una vez en esta estación los letreros ya marcan que es la Salida D la que lleva a la zona de la Estación, asi que no tuvimos mucho problema a la hora de decidir que camino tomar.
Una vez fuera nosotros decidimos hacer la consulta en una pequeña comisaria que había nada más salir del metro, fue complicado hacerse entender, pero al final pudieron explicarnos el camino. Nada más salir del metro hay que coger a la izquierda, avanzar un poco y la primera avenida grande que nos encontramos, cogerla hacia la izquierda. Son unos quince minutos andando, y en esta avenida nos encontraremos con el edificio de la foto, las oficinas de la Televisión Pública China .
Durante esta breve caminata de diez o quince minutos vimos todo tipo de puestos callejeros, desde los que vendían curiosos juguetes, hasta los que vendían Rolex de imitación. Pero lo que realmente nos impresionó fue el tamaño del edificio de la Estación de Tren de Beijing, el edificio de la foto.
El movimiento de gente era alucinante, no os podeís ni imaginar la cantidad de gente que entraba y salía de la estación por los diferentes puntos de acceso a la mismo. Fue en estos momentos en los que me alegré de haber sacado ya el billete de tren con anterioridad, porque viendo la cantidad de gente que por allí andaba estaba convencido de que las colas para sacar billete iban a ser impresionantes.
Pasamos los correspondientes controles de seguridad y accedimos al interior de la estación. Ahora teniamos por delante resolver otro problema, encontrar cual de los numerosos andenes era en el que nosotros debíamos coger nuestro tren. Como veis en la foto todos los destinos están marcados en chino, por lo que a simple vista parecía una tarea complicada.
Utilizando como referencia a la hora de partida (16:55) y el número de tren (T231), conseguimos enterarnos de que la Sala de Espera para subir a nuestro tren era la Sala 8, así que allí nos dirigimos.
Había que comer, y Seve decidió probar algo en un restaurante japones que había cerca de la sala de espera. Reconozco que yo también probé un poco del plato de Sushi japones que veis en la foto (18 yuanes), pero yo decidí ser algo más clásico y terminé comiéndome una hamburguesa en la KFC que había enfrente.
Fueron unas cuantas horas de espera en la estación, horas que nos entreteníamos viendo pasar a todo tipo de gente curiosa cargada de grandes maletas y fardos.
Pero si realmente había algo curioso en la estación que llamaba la atención de todo el mundo, eso eramos nosotros. Yo calculo que allí estaríamos casi cuatro horas de espera, como ya os he dicho aprovechamos para comer, estuvimos un rato en el pasillo central de la estación y otro buen rato en el interior de la Sala de Espera que nos correspondía, lugar al que pertenece la foto, y os aseguro que durante estas cuatro horas no ví más de cuatro o cinco occidentales.
Si ya de por si se les hace raro ver a gente como nosotros, ya que no hay muchos occidentales, os aseguro que en la estación se les hacía más raro aún. La gente te miraba y te señalaba, y aunque uno al final acaba acostumbrándose, hay que reconocer que la principio te hacia sentirte raro y observado.
Por fin, a las 16:10, abrieron el acceso al anden, y después de hacer una buena cola y pasar el correspondiente control de billetes, accedimos a nuestro tren.
Nos esperaban por delante más de doce horas de viaje y más de mil doscientos kilómetros que recorrer, así que nos acomodamos lo mejor posible en nuestra litera y nos preparamos para un largo viaje rodeados de chinos que alucinaban con nuestra presencia en aquel tren.
Era un vagón dividido en compartimentos abiertos de seis literas. A nosotros nos habían tocado las dos de más arriba, así que la primera parte del viaje, antes de que apagasen las luces y decidiésemos irnos a dormir, decidimos hacerla sentados en los asientos plegables del pasillo.
Nosotros habíamos comprado algo de pan de molde para poder comer algún sándwich de jamón durante el viaje, pero bueno, os informó de que si no habéis sido precavidos y no lleváis nada para comer durante el viaje, cada cierto tiempo pasa un operario de la compañía con un carrito vendiendo todo tipo de alimentos. Por ejemplo, una bandeja con arroz, algo de verdura y un poco de carne, al estilo de las bandejas de comida de los aviones, costaba 20 yuanes.
A las 20:30 decidimos irnos a dormir, en el tren no había mucho que hacer y cuanto más durmiésemos más descansados llegaríamos a nuestro próximo destino, Xi'an.
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