miércoles, agosto 24, 2011
Viaje a Noruega - 1º Día (2ª Parte)
Habiamos llegado a Oslo, la capital de Noruega, pero nuestros planes eran continuar nuestro viaje sin parar hasta Stavanger cogiendo un tren qye según nos habiamos informado salía a eso de las diez de la noche aproximadamente y que hacía todo el traycto durante la noche, de esa manera nos ahorariamos el alojamiento de esa noche y además aprovechariamos el tiempo al viajar mientrás dormiamos.
Pero habiamos cometido un error, Luisma había mirado los trenes para planificar el viaje, y aseguraba que en la página de internet no ponía nada al respecto, pero según nos informó una de las chicas de información de la estación, los sabados a la tarde ese tren hacía su último viaje sobre las siete de la tarde, así que había que cambiar de planes.
La Opción B consistía en coger el autobus, afortunadamente la estación de autobuses esta en el mismo edificio que la de tren, asi que pasamos a preguntar, pero estabamos en las mismas, el autobus no salía hasta las 8 de la mañana.
Así que optamos por sacar billete de tren a Bergen, cambiando totalmente la dirección en la que pretendiamos hacer nuestro viaje por Noruega, para el día siguiente a la mañana. Los dos billetes en Clase Economica costaban 960 coronas, y en Primera Clase 1158 coronas, así que por la diferencia que había decidimos viajar en Primera, unos 48 euros cada billete de tren.
Comimos algo en el Burger King de la Estación (222 coronas los dos menus, unos 19 euros) e hicimos la correspondiente llamada al albergue que pensabamos visitar a nuestro regreso a la ciudad para asegurarnos un sitio donde pasar la noche.
En el albergue nos dijeron que teniamos habitación disponible, y además nos informaron que para llegar a él debiamos coger el autobus 151, asi que sacamos el billete (40 coronas cada uno, unos 3,5 €), que por cierto, había que pagar en métalico, y nos quedamos a la espera de que llegase nuestro autobus. Eso sí, durante esos momentos de espera pudimos mandar algunos email con nuestros iPhones, ya que la Estación de Autobuses disponía de WiFi gratuita.
Hasta el momento no habiamos tenido oportunidad de ver mucho sobre Oslo y sus gentes, pero os aseguro que el viaje en tren hasta el albergue nos sirvió para hacernos una idea de como era la gente de la ciudad. Y digo esto porque estando subidos en el autobus subieron a él un par de chicas jovencitas, no más de 17 o 18 años, las cuales llevaban una especie de botella de vino blanco en las manos. Las chicas se pusieron delante nuestro, no había mucho sitio, así que les tocaba ir de pie, algo que se les hacía realmente complicado teniendo en cuenta la borrachera que llevaban. Y allí iban las dos, sujetandose como podían y pegando tragos a la botella.
Habiamos hablado con el conductor al subir al autobus, y le habiamos indicado donde queriamos ir, pero no tenía muy claro donde debiamos bajarnos, así que Luisma llamó de nuevo al albergue, con la sorpresa de que el chico que le atendió hablaba un perfecto castellano, con lo cual nos dió las indicaciones perfectas para llegar enseguida al albergue.
Entre una cosa y otra se nos había hecho algo tarde, y ya eran más de las once de la noche, pero cuando legamos al albergue allí estaba el chico esperandonos en recepción.
Según nos contó era de padre español y madre noruega, o al revés, no lo recuerdo muy bien, y nos dijo que durante muchos años había estado veraneando y trabajando en Ibiza, pero que tal y como estaban las cosas en España que se había vuelto a Noruega, donde parecía había más posibilidades de trabajo.
El chico se portó bien con nosotros, y auqnue cogimos habitación compartida, nos dió una habitación en la que nos dijo ibamos a estar solos. Cogimos las sábanas, que son obligatorias si uno no lleva las suyas y que logicamente hay que pagar, y nos fuimos a buscar la habitación.
El chaval se había portado muy bien con nosotros, no solo nos había dado una habitación libre para que estuviesemos tranquilos, si no que se ofreció a llamarnos al TAXI a primera hora de la mañana e incluso a hacernos unos bocadillos para que nos llevasemos al no poder desayunar en el albergue, ya que el desayuno habría a las 8 de la mañana, hora a la que nosotros estariamos ya subidos al tren.
Entramos en el edificio en el que estaba nuestra habitación, nada más entrar había una especie de salón comunitario bastante acogedor.
Tambien habia una pequeña cocina en la que uno podía prepararse su cena o su comida, auqnue desgraciadamente nosotros no la utilizariamos, ya que nos iriamos en apenas seis o siete horas.
Pero bueno, la verdad es que el albergue estaba bastante bien, era limpio, bastante moderno, tenía WiFi en las habitaciones y por lo que nos habia parecido no estaba demasiado alejado del centro. Aunque eso si, el precio no tenía nada que ver con el de los albergues que os estuve contando hace bien poco en mi viaje a China, aquí la habitación nos costó a cada uno, sábanas y desayuno incluidos, 560 coronas, es decir, unos 47 euros por cabeza.
Pero bueno, ya sabiamos que era una país caro, asi que no quedaba otra. Así que teniedno en cuenta que ya eran las 00:45 y que teniamos que levantarnos en apenas seis horas, decidimos irnos a dormir.
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