El fin de semana, tal y como ya os adelanté el viernes, se resume en una visita relámpago a la capital para trabajar en la retransmisión de un nuevo partido de rugby de la selección, el España-Portugal.
Eso implicaba irse a dormir pronto el viernes para levantarme descansado el sábado, porque el madrugón era considerable (a las 5 de la mañana). Viaje de casi quinientos kilómetros hasta Madrid, respetando logicamente el nuevo limite de velocidad (110 Km/h), lo que implica dedicarla algo más de tiempo al trayecto.
Y rezar para que la lluvia no hiciese acto de presencia, ya que aunque como ya os he dicho en otras ocasiones el campo es bastante fácil de montar (me refiero al despliegue técnico), hay que decir tambien que es totalmente abierto y sin nada que lo proteja del viento y el agua, por lo que en caso de que la lluvia apareciese podría convertirse en una autentica tortura para aquellos cámaras y técnicos que tuviesen que trabajar a pie de campo (y os aseguro que son unos cuantos).
Afortunadamente el tiempo nos respeto y después de montar rapidamente todo el despliegue técnico, tuvimos incluso tiempo de tomar una cervecita antes de comer.
Luego retransmisión del partido, en el que España dió la sorpresa llevándose la victoria (22-10 si no recuerdo mal), recoger todo el material y volver corriendo a casa a descansar. En resumen, casi 19 horas de trabajo para la retransmisión de un partido que en la tele dura poco más de hora y media (es lo que tiene la tele).
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