martes, marzo 17, 2009

Viaje a Australia (12º Día) - 2ª Parte

26 de Noviembre del 2008

Este articulo es continuación de Viaje a Australia (12º Día) - 1ª Parte

Nos habíamos quedado en la visita por la tarde a las pinturas rupestres del Parque Nacional de Kakadu. Os puedo asegurar que la excursión por el parque fue de lo más entretenida e interesante, pero posiblemente haya sido uno de los días de mi vida en el que haya tenido que soportar una de las mayores sensaciones de calor y humedad que recuerdo haber vivido.


La siguiente foto demuestra gráficamente cual era nuestro estado físico a la hora de subirnos al autobús una vez terminada la visita por el parque, la hora de caminata habia hecho extragos en nosotros:


Creo que esta imagen muestra muy bien cual era nuestra sensación de bochorno y de cansancio. En aquellos momentos nuestro único deseo era disfrutar del aire acondicionado y llegar al campamento a descansar, estábamos literalmente destrozados, eso sí, hubo quien supo llevarlo mejor y quien lo paso peor, y sin ninguna duda uno de los que más sufrió semejante aventura fue el amigo Luisma:


Prácticamente deshidratado y completamente pálido aprovecho el trayecto en autobús para recuperarse un poco gracias a la ingesta de agua.


La siguiente parada, y ya muy cerca de donde según nos habían dicho estaba nuestro campamento, un pequeño lago muy bonito en el que curiosamente no se bañó nadie, y la verdad es que no sé cual pudo ser el motivo (supongo que habéis cogido el chiste).
Como veis en la foto yo aprovechaba también para recuperar fuerzas, aunque no precisamente con agua.


Durante un rato estuvimos contemplando el paisaje, haciendo algunas fotos y observando a alguno de los cocodrilos que se veía a lo lejos, pero lo realmente bonito fue el atardecer.
El cielo se lleno de unos colores rojos, azules y morados que nos permitieron contemplar un espectáculo natural de lo más sorprendente y bello, brindándonos además la oportunidad de sacar algunas fotos que parecen más montajes de Photoshop que imágenes reales.


Os aseguro que aquel atardecer ha sido uno de los más bonitos y llamativos que he visto yo en toda mi vida.

Despues nos volvimos a montar en el autobus y tras un breve trayecto por carretera llegamos al complejo hotelero que hay en medio del parque. Estareís pensando, ¡Que afortunados, complejo hotelero!.
Pues sí, hay complejo hotelero, pero no era donde nosotros nos ibamos a alojar, simplemente utilizamos el hotel para pegarnos un baño en la piscina para refrescarnos, aunque la verdad es que el agua parecía más chocolate que agua debido a la alta temperatura de la misma.
Utilizar la piscina y las duchas del hotel tenía un coste de 10 $ AUS, una cifra no muy elevada y que seguramente hubiesmos doblado sin poner ninguna pega debido a las enormes ganas que teniamos de refrescarnos aunque fuese solo un poco.


Y tras esta breve descanso nos fuimos a lo que realmente iba a ser durante esa noche nuestro lugar de acampada, una enorme tienda de campaña dentro de la cual había otras más pequeñas (para dos personas) en las que descansaríamos de nuestra aventura a lo largo del día.

No es que fuese ningún palacio, pero por lo menos nos serviría para recuperar fuerzas.


Eso sí, antes de ir a dormir llegó el momento de preparar la cena: unas ensaladas, una barbacoa de canguro, algunas salchichas, etc, y todo ello aderezado de unas cuantas cervezas, y ya sabéis lo que suele pasar en esos momentos ...

Es cuando la gente comienza a beber alcohol cuando empieza a desinhibirse, y entonces desaparecen todas las barreras, no importa no conocerse, no importa hablar idiomas diferentes, etc, etc.
Cuando la gente ya lleva unas cuantas cervezas encima se comporta como si se conociese de toda la vida:


Y empiezan a producirse imágenes como esta en la que me podeís ver brindando con la pareja de ingleses.


Eso si, una de las cosas más divertidas de la noche fue ver y escuchar a nuestro guía aborigen, Darren, pronunciar mi nombre: "Enano" en un inglés con fuerte acento aborigen. Os puedo asegurar que Luisma y Yo reíamos a carcajadas cada vez que repetía mi nombre.

Después de la cena algunos se fueron a descansar a sus correspondientes tiendas de campaña, y otros, como yo, nos fuimos con Darren a explorar un poco la zona en busca de serpientes.

Eso sí, para terminar la noche y rematar el duro día que había sufrido Luisma os contaré que le pasó a la hora de irse a dormir.
Yo en esos momentos estaba ayudando a Darren a montar su tienda de campaña, así que no pude verlo con mis propios ojos, pero según me contaron, cuando Luisma llego a nuestra tienda, junto a la que alguien había colocado un foco de luz, se encontró con que atraídos por esa luz nuestra tienda estaba completamente abarrotada de unos saltamontes gigantes del tamaño de una zapatilla de deporte:


Os podeís imaginar la cara y el mosqueo de Luisma, después de un día matador, cuando ya se había recuperado un poco de todo lo sufrido a lo largo de la jornada gracias a la diversión de la cena, se encontraba con aquellos asquerosos bichos decididos a amargarle también el sueño.

Yo la verdad es que cuando llegué de mi aventura nocturna la tienda ya estaba totalmente despejada y Luisma completamente dormido, así que quitando por sus ronquidos no tuve demasiados problemas para conciliar el sueño.

Por cierto, igual que lo he criticado en otros artículos, ahora me veo obligado a decirlo, Luisma ya me ha pasado las fotos del viaje y he utilizado algunas para ilustrar el articulo de hoy.

4 comentarios:

Francisco Javier dijo...

Buenas, hombre por fin ha pasado Luisma las fotos..... Solo recordar la excursión a Kakadu me deja agotado......

Ignigo dijo...

Pues si Seve, le ha costado pero al final las ha traído.

Yo creo que ya no aguantaba tanto reproche en la red (ja,ja,ja).

Solo de recordar el calor que sufrimos me pongo malo ...

Marta dijo...

Que asco de bicho, por favor, es enorme!!!!

Por lo demás ya veo que os lo habeis pasado bomba, y el de las greñas tiene cara de enrollao!!!.

Ignigo dijo...

Era Darren, nuestro guía aborigen.

¡ Un tío majo como dices !