Articulo anterior: Viaje a China (14º Día - 2ª Parte) - Hong Kong
Nuevo madrugón, esta vez a las 7:00 de la mañana, había que ducharse, preparar las maletas y abandonar Hong Kong con destino nuevamente a Shanghai, ciudad en la que habiamos estado hacía tres o cuatro días.
Fue precisamente en ese momento, cuando preparabamos las maletas para abandonar el albergue, cuando descubrimos que en la habitación si había enchufe, solo que escondido bajo la repisa que había bajo la ventana. Era extraño que no hubiese enchufe en la habitación, pero os aseguro que durante nuestra estancia en aquella habitación lo habiamos buscado insistentemente sin resultado.
En esta ocasión no habiamos dejado fianza, pero si se habian quedado con nuestros carnets de socios, carnets que nos devolvieron al devolver las sabanas que nos habian dejado al llegar.
Cogimos el autobus que nos bajaba a la ciudad y luego el metro hasta el aeropuerto. Las cosas como son, no teniamos mucha confianza en que la tarjeta siguiese funcionando, porque según habiamos entendido su validez era de tres días, y ese ya era nuestro cuarto día en la ciudad, pero la verdad es que funcionó.
El viaje en metro hasta el aeropuerto son unos 25 minutos, así que a eso de las 9:00 de la mañana ya estabamos haciendo nuestro chek in en el aeropuerto.
Luego nos acercamos al mostrador donde se sacan las tarjetas de metro y devolvimos las nuestras. Nos devolvieron 50$ por cada una, así que teniendo en cuenta que habiamos pagado 300$ por cada una, se habian quedado en 250$. El viaje en metro del aeropuerto a la ciudad son 50$, y nosotros lo habiamos hecho dos veces, así que ya son 100$, con lo que nos quedaban 150 $ para viajes. La verdad es que no recuerdo cuanto costaba cada viaje de metro, por lo que se me hace dificil calcular si nos habia salido rentable o no la tarjeta Express, pero desde luego solo por la comodidad quehabiamos tenido de no tener que andar sacando billetes, la verdad es que merecía la pena.
Mientrás esperabamos a nuestro vuelo estuvimos salseando un poco en los ordenadores con internet gratuito que habia en el aeropuerto. Supuestamente nuestro vuelo era a las 12:20, pero nuevamente el vuelo se retrasaba, aunque esta vez no mucho, y al final salimos a las 13:05.
A las 15:15 aterrizabamos en Shanghai, y tras pasar los correspondientes controles de aduana, y recoger nuetro equipaje, salimos de la zona de embarques. De todas formas mientrás esperabamos la salida de nuestras mochilas nos pasó otro anécdota curiosa que merece la pena contar.
Estando alli plantados a la espera de nuestras maletas se nos acercón un hombre de entre 50 y 60 años preguntandonos si hablabamos castellano y si conociamos la ciudad. El hombre era un argentino que estaba de crucero con su mujer, solo que a la hora de abandonar Hong Kong para entrar en China se habian dado cuenta de que no tenian el visado correspondiente, es por ello por lo que os decía que es importante llevar visado de doble entrada, ya que cuando uno salta a Hong Kong es como si hubiese salido del pais.
El resto del pasaje había seguido su camino, pero ellos se habian tenido que quedar un día más en Hong Kong a la espera de que les tramitasen el visado. No tenian mucha idea de inglés, y menos de moverse por el aeropuerto, asi que les acompañamos a la oficina del MAGLEV y yo mismo pedí sus billetes en ventanilla. Les explicamos como llegar al centro de la ciudad y les recomendamos que allí cogiesen un TAXI que les lllevase a su hotel.
Luego nos acercamos a cambiar dinero, esta vez cambiamos 1000€, por los que nos dieron 8499 yuanes, y aprovechamos a cambiar los 1500 $ hongkoneses que nos habian sobrado, por los cuales nos dieron otros 1206 yuanes.
Luego bajamos a la estación de autobuses de largo recorrido, que esta en el mismo aeropuerto, y sacamos los billetes con destino a Suzhou (168 yuanes los dos billetes).
Eran las 16:10 de la tarde, y el autobus salía a las 16:50, asi que tocaba esperar un rato. El problema es que en la sala de espera no había monitores ni nada parecido, simplemente estraba una azafata y gritaba el destino del autobus que salía en ese momento. Algo sencillo y práctico si entiendes el chino, pero una autentica aventura si no tienen ni idea de ese idioma.
Afortunadamente, un hombre que había allí sentado en la sala de espera, se apiadó de nosotros, nos pidió el billete y amablemente nos indicó que él nos avisaría.
Y así fue, en el momento que entro la azafata para anunciar nuestro autobus, el hombre nos avisó de que ya podiamos acceder, que aquel era nuestro vehiculo, así que salimos, metimos las mochilas en el maletero y nos subimos al autobus sin saber muy bien cuantas horas de viaje nos esperaban.
Por cierto, ahora tocaba otra aventura, bajarse en la parada correcta, porque de la misma manera que anunciaban los autobuses a viva voz, aquí el conductor iba cantando las paradas según ibamos llegando a las diferentes poblaciones, con lo que entender cuando estabamos en Suzhou, nuestro destino, se hacía algo complicado.
Pero eso ya lo dejo para mañana.
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