Ayer, con motivo de la visita relampago de Asier, salimos a tomar una cervecita Sergio, Asier y Yo. A eso de las nueve de la noche estabamos en un bar del barrio de Eguia, y sinceramente no parecia esa hora, sino las once o doce de la noche de un dia laborable. Por la calle practicamente no habia un alma, casi se puede decir que ni circulaban vehiculos, y en el interior de los bares abiertos apenas habia dos o tres personas.
Intentamos cenar en el local de Creeps que alguna vez he comentado hay en la calle Ametzagaña, pero imposible, estaba cerrado. El domingo Ivan me habló del que hay en la calle Eguia, junto al Bukowski, asi que nos acercamos a ese, pero nada, cerrado tambien.
Al final tuvimos que recurrir a la opción de siempre, coger el coche y acercarnos a Va Bene al Boulevard a cenar una hamburguesa. Entre la cena, postre y café nos dieron las once de la noche, una hora que yo considero bastante prudente, pero a la vuelta a Eguia, circular con el coche por las calles de la ciudad recordaba claramente a la pelicula "28 Días Despues", parecía como si una bomba nuclear hubiese acabado con la población de la ciudad, no habia absolutamente nadie en la calle.
Logicamente no podemos pedir que una ciudad pequeña como es Donosti tenga el ritmo o la vida nocturna que puede tener una ciudad como Madrid o Barcelona, pero de verdad que es muy triste, salir un dia entre semana a la calle y ver como a las nueve de la noche las calles estan practicamente desiertas. Esta claro que esta ciudad cada vez esta acercandose más a las costumbres del otro lado de la frontera.
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