27 de Noviembre del 2008
Este articulo es continuación de Viaje a Australia (12º Día) - 2ª Parte
Lo primero que tengo que decir es que este día, el decimotercero de nuestro viaje, nos hacía plantearnos que ya habíamos atravesado el ecuador de nuestra larga aventura por tierras australianas.
Aquel día, nuevamente y como ya era costumbre, nos volvió a tocar madrugar, esta vez a las 6 de la mañana, para recoger un poco el campamento, limpiar todos los restos de la noche anterior y desayunar un poco antes de subirnos de nuevo al autobús.
La verdad es que aunque yo había dormido como un niño sin casi enterarme de que estaba tirado en una tienda de campaña sobre el duro suelo del bosque, la dura jornada del dia anterior nos había dejado baldados, de ahí nuestra cara de cansancio:
Pero bueno, había que continuar nuestro viaje, aunque eso sí, yo aproveche la siguiente hora de trayecto en autobús para seguir durmiendo un poco más, aunque la irregularidad del terreno durante los últimos 20 minutos de viaje, una pista por la que no me atrevería ni a entrar con un 4x4, tampoco me permitió dormir durante mucho rato:
Tras este corto trayecto, pero intenso por los saltos del vehiculo, de poco más de una hora llegamos a lo que era el parking, o mejor dicho, la explanada donde había que dejar los vehículos, de las "Jim Jim Falls":
Las "Jim Jim Falls" o en castellano "Las Cataratas Jim Jim" son unos saltos de agua de casi 200 metros situadas en la rojiza región de Arhem Land, y rodeadas de blancas playas y aguas cristalinas. Eso sí, ya os aviso de antemano que no se puede llegar a ellas en coche, ni si quiera en 4x4, ya que el último tramo, de alrededor de kilómetro y medio, hay que hacerlo a pie por un terreno bastante complejo, saltando entre rocas y subiendo alguna pendiente que otra, todo bajo un intenso calor, una humedad bastante alta y una gran cantidad de moscas acompañándote durante todo el trayecto, de ahí la toalla sobre la cabeza del amigo Luisma.
Como os digo, el escaso kilómetro y medio de recorrido que había hasta el salto de agua era bastante abrupto, lo que provocó que yo me cayese en dos ocasiones, aunque sin sufrir grandes consecuencias, y aunque el calor era también bastante sofocante y que como he dicho las moscas no dejaban de agobiarnos, la verdad es que la belleza del paisaje hacia que en cierta manera nos olvidásemos de todas esas adversidades.
Finalmente llegamos al salto de agua, aunque debido a que no estábamos en época de lluvias ni de deshielo, la cantidad de agua que por él corría era bastante escasa.
De todas formas aprovechamos el lugar para pegarnos un baño y refrescarnos un poco, que ya nos hacia falta después de haber dormido sobre el suelo en una tienda de campaña en la que hacia un calor sofocante y de habernos pegado una buena sudada tras la caminata hasta llegar a las "Jim Jim Falls".
Y después de habernos refrescado y haber recuperado fuerzas con un pequeño almuerzo a base de galletas saladas y algo de fruta, emprendimos nuestro viaje de regreso al autobús. Otros 40 minutos de caminata por el mismo recorrido por el que habíamos llegado.
Eso sí, en esta ocasión el que sufrió una caída, y bastante más violenta que las mías anteriores, fue el amigo Luisma, que cayo de bruces contra el suelo provocándose algunos arañazos en su cara (desgraciadamente no hay documento gráfico del momento).
Como curiosidad decir que en los últimos metros, cuando ya llegábamos al autobús, nos encontramos en el camino con dos chicos jóvenes, más o menos de nuestra edad, que eran de Madrid y que estaban haciendo un recorrido bastante parecido al nuestro.
Tras pasar otro rato en el autobús en nuestro viaje de regreso, yo calculo que una hora más o menos, volvimos a parar, esta vez en una zona habilitada con mesas, baños y algún que otro grifo de agua, para preparar la comida:
No recuerdo muy bien que comimos, creo recordar que algo de ensalada, algo de queso y algo de fiambre, aunque sinceramente, con el calor que hacia, lo que menos tenía uno era hambre, lo que más apetecía era meterse algo de liquido en el cuerpo con lo que poder hidratarse.
Después de comer, recoger y limpiar todo lo utilizado, nos subimos al autobús para emprender nuestro camino de regreso a Darwin, 271 kilómetros por delante en los que volveríamos a sufrir la incomodidad de viajar en aquel autobús 4x4.
A mitad de camino hicimos una breve parada en el "Cultural Center", donde pudimos coger algún folleto con información sobre el parque, visitar un pequeño museo donde se explicaban algunas cosas de la fauna y la flora del parque y comernos un helado para refrescarnos un poquito.
Y tras una hora más de viaje, a las 19:15 llegábamos por fin a Darwin, donde nos sucedió unas de las pequeñas anécdotas del viaje, quizás el único problema que tuvimos en toda nuestra aventura.
Como ya os comenté al iniciar esta excursión, nos hicieron pagar 10 $ AUS de fianza por cada uno de los sacos de dormir que nos habían prestado, algo bastante absurdo cuando vimos que en la parte trasera del autobús había un montón de estos sacos.
Al terminar nuestra excursión y llegar a Darwin preguntamos a Darren, nuestro guía, quien nos devolvia el dinero y donde teníamos que dejar los sacos ya que a esas horas la oficina de "Kakadu Dreams" ya estaba cerrada.
Darren nos dijo que él no sabia nada de los sacos, que él no nos devolvía ningún dinero y que la oficina estaba cerrada, pero que no le sonaba nada. De todas formas nos dijo que si habíamos pagado una fianza teníamos todo el derecho del mucho a llevarnos los sacos, que hiciésemos los que quisiésemos.
Tampoco era mucho dinero, y al día siguiente a primera hora cogíamos un avión a Cairns, y como no nos apetecía en absoluto cargar con los sacos, optamos por dejarlos allí mismo en el autobús, con la consiguiente perdida de la fianza.
Eso sí, nos dieron un vale con el que podíamos acceder gratuitamente a las 19:30 a una cena que se daba en el Hotel Victoria en honor a los participantes en las excursiones del día, aunque decidimos no hacer uso de él e irnos a cenar y descansar al albergue YHA.
Ya en el albergue Luisma y Edu prepararon unos macarrones que nos cenamos en las mesas al aire libre junto a la piscina.
Nos tomamos una cervecita en el bar del albergue y nos despedimos de la chica suiza, Martina, que ya os comenté anteriormente habíamos conocido en el albergue, y nos fuimos a dormir, al dia siguiente nos tocaba madrugón para coger el avión hacia Cairns.
Eso sí, antes de irnos a dormir pasamos por recepción para llamar al teléfono que nos habían dado los del Shutle Bus, como ya os comenté teníamos billete de ida y vuelta al aeropuerto, pero teníamos que llamar el dia antes para que nos dijesen a que hora nos recogían.
Nos dijeron que pasarían a por nosotros a las 5:20, así que tocaba madrugar.
5 comentarios:
Büenas, que recuerdos, estamos vivos del Parque Kakadu, aun no me lo creo. saludos
¡Sobrevivimos, que no es poco!
Menudos recuerdos amigo Seve.
.-IGNIGO: ¡eso sí que es aventura!
.-A seguir, saludos.
Que envidia Ignigo, bañarse en esas aguas tan transparentes!!! Por lo menos las moscas no aparecen en las fotos! jajjaja.
Tienes toda la razón, no se ven, pero te puedo asegurar que estaban y además eran de lo más molestas.
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