Hoy voy a comentaros algo que realmente no tiene mucha importancia, es tan solo una reflexión personal sobre algo que me llamó la atención el dia de ayer y que he querido compartir con vosotros, pero que como digo, en realidad no es que tenga mucha relevancia.
Las últimas semanas, por motivos de trabajo, he tenido que quedarme a comer en varias ocasiones fuera de casa. Generalmente, cuando nos ocurre esto y estamos cerca de la oficina acostumbramos a comer en un restaurante de estos de polígono industrial que tenemos a escasos 200 metros de nuestra empresa. Se trata de un restaurante típico de zona industrial, con un comedor enorme y en el que se juntan gentes de todo tipo de las empresas cercanas, desde pintores a electricistas pasando por personal de oficina y despacho.
Es un sitio agradable en el que por 10 euros puedes cometer un MENU compuesto de primer y segundo plato, postre, café y por supuesto bebida y pan. No es que sea un sitio para llevar a la novia a comer, ni mucho menos, pero es un restaurante en el que uno puede comerse un buen MENU casero con el que coger fuerzas para pasar la larga jornada de trabajo.
Pero ayer fue algo diferente, ya que tenía el frigorífico y la despensa prácticamente vacíos decidí aprovechar las dos horas que tengo de descanso al mediodía para pasarme por el centro comercial y hacer algo de compra. Logicamente dos horas no dan para mucho, así que decidí comer algo rápido en el McDonalds nada más llegar al centro comercial.
Y es entonces, cuando estaba en la mesa disfrutando de mis patatas fritas y mi hamburguesa, cuando empecé a fijarme en ese curioso detalle.
La verdad es que el comedor no estaba muy lleno, habría unas 12 o 13 mesas ocupadas. En una de ellas estaba yo, en otra una chica de mi edad también sola, en otra mesa tres chavales jóvenes de unos 15 o 16 años, en otra un matrimonio con un niño pequeño que parecian franceses y en otra una chica joven intentando convencer a un niño de que se comiese sus patatas fritas.
Pero el resto de mesas, unas siete u ocho, estaban ocupadas por hombres vestidos de traje y corbata. Algunos estaban solos, unos hablaban por el móvil, otros consultaban sus portátiles, y otros estaban en parejas, pero entre todas las mesas sumarían más de 12 trajeados de este tipo. La mayoría eran jóvenes, pero había alguno que otro que claramente había pasado la barrera de los 50.
Hay que decir que ciertamente estos sitios vienen bien si lo que se quiere es comer algo rápido y no perder demasiado tiempo sentado a la mesa, pero desde luego baratos no es que sean, porque si lo comparamos con el MENU de 10 € compuesto por dos platos y postre la diferencia es bastante grande teniendo en cuenta que una pequeña hamburguesa con unas patatas fritas y una cerveza me costaron 7 €.
Pero es entonces cuando empecé a hacerme algunas preguntas. Siempre hemos pensado al ver una persona con traje y corbata que realizaría un trabajo importante y con cierta responsabilidad, lo que generalmente viene asociado a una buena remuneración económica, por eso me vino a la cabeza, ¿Estaría toda esa gente allí buscando un sitio económico donde comer?.
Es verdad que estamos en crisis, y que hoy en día ir vestido con traje y corbata no quiere decir nada, ya que, y sin querer faltar a nadie, hasta un simple vendedor del Corte Inglés va así vestido, pero me da que pensar que no es por tema económico.
Yo supongo que lo que busca esta gente es como he dicho antes un sitio rápido donde comer y no perder demasiado tiempo en ello para poder seguir con sus funciones, y es entonces cuando me hago otra pregunta, ¿No creéis que es triste haber llegado a eso, a tener que renunciar al placer de comer tranquilamente sentado en una mesa con cuchillo y tenedor sin tener sobre los hombros la presión de acabar pronto para seguir produciendo?.
1 comentario:
.-IGNIGO: Tú lo has dicho, muy triste.
.-Y ¿acaso no es triste que alguien que quiera progresar en su trabajo ascendiendo en la jerarquía de la empresa a uno o dos puestos, por ganar 300 o 600 € más al mes, tenga que renunciar a su familia, a su marido e hijos, porque tiene que comprometerse con su empresa y estar todo todo el día trabajando con un hora, a lo sumo, para comer al mediodía...?
.-Yo, prefiero quedarme en puestos más mediocres y no renunciar nunca a mi vida personal y familiar.
.-Saludos y buen post, profundo si quieres, de una cuestión que, cómo tu decías, en principio era baladí...
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