A eso de las 12 de la noche nos acercamos Luisma y Yo dando un paseo al barrio de Sagües a ver el ambiente que habia en el concierto de "La Quinta Estación", y sinceramente fue llegar y darnos cuenta que aquel no era nuestro lugar. Todos hemos sido jovenes y hemos hecho lo mismo, y yo el primero, asi que igual no deberia criticar esto, pero a mis 33 años como que uno se encuentra desubicado en esos ambientes.
La plaza de Sagües estaba llena de chabales, cuando digo chabales me refiero a chicos y chicas de entre 15 y 17 años, sentados en el suelo, en el muro de la playa, encima de los bancos, vamos, en cualquier sitio donde uno pudiese acomodarse, rodeados de bolsas de supermercado, botellas de diferentes refrescos que acompañaban con licores de todo tipo, color y marca.
Creo que no llegamos a permanecer alli ni 5 minutos, vimos el ambiente, nos juntamos con Javi y su novia Iratze y decidimos ir a tomar una copa tranquilos en una terracita en Eguia, asi que vuelta dando un paseo al lugar de donde habiamos partido.
Los que llevais tiempo leyendome ya sabeis las criticas que sobre estas fiestas he lanzado siempre, y parece que no soy el único, porque leyendo por ahi me he encontrado con este articulo de Alberto Moyano publicado en un blog de El Diario Vasco que me ha parecido interesante reproducir:
Instantes después de que, por décimo cuarto año consecutivo, encendiera la mecha del cañonazo mediante un ligero movimiento de brazo y antebrazo, Luis Mocoroa era entrevistado en televisión: «Tendrá mil anécdotas, ¿no?», preguntaba la voluntariosa reportera. Por supuesto, contestó el cañonero, que no prefirió no abundar en el tema, bien porque en ese momento no recordó ninguna, bien porque el acto en sí tampoco es que dé para mucho.El inicio de la Semana Grande se ha consolidado en su sobriedad como un ejemplo de la excepción cultural donostiarra, mediante la sustitución de la habitual explosión de alegría por las miradas más o menos tediosas de adultos con jersey o niño sobre los hombros. De la inanidad del acto da cuenta el hecho de que apenas asoman móviles con cámara, auténtica unidad de medida del interés que suscita algo.Como sustituto de la espontaneidad surge la calculada sobreactuación. Así, los presentadores de televisión finjen alborozo cuando son asaltados por gigantes y cabezudos a base de vejigazos, las txarangas hacen votos de continuar mientras el cuerpo aguante durante su desolador recorrido por el Paseo de la Concha y media docena de jóvenes desubicados vacían botellas de champán sobre sus cabezas en medio de un mar de padres y madres que se apartan para evitar el salpicón.En busca del clímax festivo las masas se lanzan a eso de las 22.45 horas a ese multitudinario cunilingus pirotécnico consistente en alzar la mirada al cielo mientras se lame el helado con fruición. Entre el cañonazo y los fuegos se sitúa el auténtico espíritu de la Semana Grande. El resto del programa sólo es relleno.
Dejando aparte el tema de la Semana Grande, tema del cual creo todos tendriamos mucho que decir, paso a informaros de otra pagina que me he encontrado en la red que me parece de lo más interesante, por lo menos yo me he encontrado con varios articulos que me han sorprendido mucho.
Se trata del blog de Héctor Garcia, un alicantino que reside en Tokyo que escribe articulos comentando la forma de vida y costumbres de los japoneses, os dejo el enlace por si quereis echar un vistazo, a mi me ha gustado: Kirainet.
Fijaros bien el la foto, porque sí, no habeis visto mal, el trajecito esta hecho con preservativos.
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