Como ya he comentado en otras ocasiones, si hacemos unas encuestas entre la población adulta sobre su opinión sobre las fiestas de Navidad nos encontraremos opiniones de todos los tipos, desde gente que dice que esta deseando que lleguen desde hace meses hasta gente que dice que las odia y que esta deseando que terminen antes de que comiencen.
Pero si hay una parte de la población que disfruta con estas fiestas son sin ninguna duda los niños, tanto por las vacaciones que disfrutan en este periodo como por el talante festivo de las reuniones que se realizan, pero si hay algo que esperan ansiosamente son los regalos de Navidad, ya sean del Olentzero, de Santa Claus, de Papa Noel, de los Reyes Magos o del Tió.
Y hay que reconocer que si ellos disfrutan recibiendo regalos, nosotros los adultos disfrutamos también viendo con que alegría e ilusión se levantan la mañana del 25 para mirar que regalos les han dejado bajo el árbol de Navidad.
Como era de esperar, ayer el Olentzero pasó por casa de mi madre y por mi casa a dejar los correspondientes regalos de mis sobrinas que abrieron con ilusión cuando llegaron a comer al mediodía. He aquí algunas imágenes de tales momentos:
Por cierto, a mi sobrina Irati el Olentzero le dejó en mi casa un juego para la PlayStation 2 de esos en los que hay que bailar sobre una alfombra especial marcando los pasos que el juego te dice, además permite también cantar las canciones a modo de karaoke con un micrófono inalambrico que también trae el juego.
Estuve probandolo un rato y jugando con ella, apenas realicé tres bailes completos (3:30 segundos más o menos cada uno) pero acabe completamente destrozado, para cuando quería darme cuenta estaba agotado y casi sin fuerzas, esta claro que eso de no hacer mucho deporte últimamente el cuerpo lo nota.
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