martes, enero 06, 2009

El Roscón de Reyes


Menos mal que soy previsor y sobre todo madrugador, porque de no ser así ahora seguramente estaría lamentándome en una larga cola ante la puerta de una pastelería.

Ayer a la tarde mi señora madre me encargo ocuparme esta mañana de la compra del Roscón de Reyes que comeremos de postre en la comida tal y como manda la tradición.
Desde hace tiempo para este tipo de ocasiones festivas recurrimos a un obrador de Martutene, un barrio de Donostia, en el que tienen productos de muy buena calidad a un precio realmente bueno, así que esta mañana, en cuanto me he levantado, me he preparado, he cogido el coche y me he escapado hacia allí para hacer la compra lo antes posible.

Como os digo, menos mal que he madrugado, porque cuando he llagado allí, a eso de las 8:30 de la mañana, el parking estaba ya repleto de coches, y la cola era ya un poco extensa, pero tampoco demasiado. En menos de 10 minutos de espera ha llegado mi turno y me he hecho con dos buenos roscones (uno de nata y otro de cema) que nos comeremos gustosamente en familia dentro de unas horas.

Pero os puedo asegurar que cuando yo he salido tan feliz con mis roscones la cola ya era verdaderamente larga, pero lo peor de todo era el caos que habia montado en la entrada con coches que no podian dar la vuelta, algunos que estaban atascados en un lateral, coches que no podian entrar y otros no podian salir, vamos, que yo he tardado casi 15 minutos en salir del parking con mi coche.

En ese momento, cuando he conseguido salir de alli cuando me he dicho a mi mismo:

¡Menos mal Ignigo, si hubiese llegado 15 o 20 minutos más tarde me hubiese encontrado con todo aquel berengenal!

Así que ya veís, son las 9:00 de la mañana y ya estoy en mi casa con los Roscones a buen recaudo, pero hay que ver como es el ser humano, por una extraña tradición que nadie sabe muy bien de donde viene nos lanzamos todos como borregos el mismo día a la misma hora a comprar un pastel como si nos fuese la vida en ello.

Según he podido leer el origen del roscón no tiene nada que ver con la llegada de los Reyes Magos a Belén para adorar al niño, sino que parece estar relacionado con las saturnales romanas, aunque en la actualidad se le relaciona de forma directa con una representación complementaria y comestible de la corona de adviento, éstas que no eran más que fiestas dedicadas al dios Saturno con el objeto de que el pueblo romano en general pudieran celebrar los días más largos que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. Para estos festejos se elaboraban unas tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel, que se repartía por igual entre los plebeyos y esclavos.

Se dice que Felipe V importó de Francia a España la tradición de tomar un dulce con sorpresa el día de Reyes Magos pero no parece que sea cierto puesto que la tradición del roscón llegó a las Indias occidentales mucho antes del reinado de Felipe V.

Sea cual sea el origen de la tradición estoy seguro que vosotros también disfrutareis de este postre en la comida de hoy, así que espero que os toque uno bueno y que por supuesto no os toque el haba.

4 comentarios:

Marta dijo...

Si, si, nosotros también comeremos el Roscon de Reyes!!!!

El rincón de Chiriveque dijo...

No comeremos roscón, pues no tenemos esa tradición en casa, pero espero que tú si lo disfrutes.
No creo que Felipe V importara nada, después de cómo lo describió la guía del Palacio de Riofrío, que visité hace un par de días, no creo que pudiera salir nada bueno de una mente enajenada como aquella.

Un saludo y feliz día de Reyes

Andybel dijo...

.-IGNIGO: Nosotros sí que tenemos la costumbre de comer el roscón.

.-Ya sabía que la Navidad mezcla costumbres judeocristianas y romanoclásicas; pero no sabía concretamente que la celebración del Roscón de Reyes fuera por las saturnales romanas o celebraciones posteriores al solsticio de invierno celebrando que los días ya empiezan a durar algo más.

.-Por cierto, si visitáis la página oficial del Ministerio de Medio Ambiente, podréis comprobar que a partir del solsticio de invierno, los días crecen poco a poco pero progresivamente, a razón de casi dos minutos por día, hasta el solsticio de verano en San Juan, cuando empiezan otra vez a disminuir, otra vez a razón de casi dos minutos por día, y así y así.

.-Ignigo, siempre se aprende algo hablando con vosotros.

.-Saludos y hasta la siguiente.

Ignigo dijo...

La verdad es que yo tampoco lo sabia, pero a la hora de escribir de estos temas a uno le toca informarse un poco, así que a base de escribir también uno va aprendiendo.