En un principio tenía previsto unos 12 o 13 comensales, pero ya sabéis como son estas cosas, una cosa es lo que planeas y otra lo que acaba sucediendo, así que al final la cifra subió a 18 asistentes, de los cuales afortunadamente 6 eran niños, que no comen mucho.
El menú nada complicado, unas tortillas de patata, un poco de ensalada de pasta, unos espárragos, algunos langostinos y algo de paté para picar, y el plato fuerte, unos pollos al horno.
Afortunadamente todo salió bien, y como suele ser habitual en este tipo de celebraciones gastronómicas, sobró comida para haber dado de comer a cuatro o cinco personas más.
De todas formas, lo importante era juntarse en familia y pasar un domingo agradable en buena compañía, y os puedo asegurar que eso se consiguió.
Pasamos buenos momentos, nos reímos un buen rato y soplamos las velas del cumpleaños de Irati como manda la tradición:
Aunque el plato fuerte llego después de este momento, cuando Iratí recibió de manos de su abuelo Mario su ansiada bici nueva, regalo de sus abuelos y sus tios paternos:
Un domingo agradable en familia que esperemos se pueda repetir en breve.
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