martes, septiembre 13, 2011

Viaje a Noruega - 3º Día (2ªParte)


Por motivos de trabajo el esperado articulo sobre la subida al Preikestolen se ha retrasado un poco más de lo que yo había planeado, pero al final ha llegado.

Como recordareís nos habiamos quedado a las 9:50 de la mañana en las instalaciones del Camping del Preikestolen y teniamos por delante una dura y larga caminata de unos tres kilometros por el monte para alcanzar el punto más alto de nuestro recorrido.

Luisma ya me había avisado de que iba a ser duro, pero llegados hasta este punto, no había posibilidades de echarse a atras, había que armarse de valor y comenzar a andar.


Os aseguro que ya desde el principio uno notaba que el recorrido iba a ser duro y un autentico suplicio, sobre todo para alguien como yo que la verdad es que no estoy muy acostumbrado a hacer ejercicio de este tipo.

El camino como veís en la foto no era bastante empinado, a lo que había que sumar que el firme sobre el que pisabamos no era demasiado regular, lo que hacía aún más complicado el caminar.


Las cosas como son, hay que reconocer que de vez en cuando el camino que ibamos recorriendo avanzaba por paisajes verdaderamente agradables y bonitos, pero el esfuerzo fisico que estabamos realizando y el cansancio que ibamos acumulando, hacian que estuviesemos más pendientes de la distancia que nos quedaba por recorrer, que por disfrutar de los paisajes que teniamos a nuestro alrededor.

Hay que reconocer que con lo que estabamos teniendo suerte era con el tiempo, estabamos a una temperatura de 14 o 15 grados, y aunque el cielo estaba algo gris y nublado, no parecía que fuese a descargar lluvia.


Y digo esto porque si ya de por sí la subida me pareció dura (no hay más que ver mi cara despues de algo más de una hora de caminata y 2,7 kilometros recorridos), no quiero ni imaginarme lo que puede ser eso con un calor asfixiante o lo que es peor, con lluvía y barro en el camino.


Llegados a este punto del recorrido podiamos decir que habiamos pasado el tramo más duro del camino. Os aseguro que me había hecho a la idea de que iba ser una tarea dificil llegar hasta la cima, ya me lo había avisado Luisma, pero ni en mi peor predicción había pensado que aquello iba a resultar tan duro.

Eso si, si una cosa me sorprendió de la subida, más que su dureza, fue encontrarme en el camino con tanta gente mayor, gente que os aseguro presentaba unas condiciones fisicas a mi parecer muy limitadas para realizar semejante excursión, pero que seguramente atraidos por la importancia que tiene este punto turistico y de casi visita obligada para los noruegos, sacaban fuerzas de donde parecía no haberlas para conseguir llegar a la cima.

En este punto kilometrico, en el 2'7, nos encontramos con este cruce. Había que tomar una decisión, tal y como marcaban los carteles había dos opciones para llegar a al cima y recorrer los últimos trescientos metros. O tomabamos el camino de la derecha o el de la izquierda.


Decidimos continuar por el camino de la izquierda sin saber muy bien porque, aunque fue la decisión acertada, ya que luego, en nuestro regreso, bajamos por el lado derecho y pudimos comprobar que este último era más largo y empinado.


Aunque en la foto no se aprecia muy bien, aunque ya se ve la pequeña y delgada cadena que impedía acercarse demasiado al acantilado, ibamos avanzando por la parte del camino menos empinada y sobre todo más expectacular de todo el recorrido.

Eso sí, aunque como veís había partes del camino con barandilla, si es que se le puede llamar así, tengo que deciros que otras partes del camino eran algo más peligrosas, ya que uno avanzaba por caminos incluso más estrechos que el de la foto y sin protección alguna hacia el abismo. Prueba de la peligrosidad el camino eran lo carteles que había colocados en algunos puntos del camino con fotos de turistas que habian emprendido la subida pero de los que nunca se había vuelto a saber nada, aunque de esto no os mostraré foto ya que me pareció demasiado macabro fotografiarlo.


Y por fin llegamos a la cima, donde os aseguro las vistas eran realmente espectaculares y la tranquilidad abrumadora.


Habían sido casi una hora y cuarenta minutos de caminata, y más de un momento en el que me había planteado rendirme, pero la verdad es que merecía la pena. Pocas veces tiene uno la posibilidad de visitar un sitio de semejante belleza natural.


Disfrutamos de las vistas, descansamos un poco, y logicamente nos hicimos las correspondientes fotos aprovechando la belleza del paisaje, pero tampoco nos entretuvimos mucho, no había tiempo para ello.

En cuanto vimos que habiamos recuperado algo de fuerzas, emprendimos el camino de regreso, es verdad que era cuesta abajo, y que en principio eso siempre parece más sencillo, pero como os he diho el firme del camino no era demasiado estable, lo que hacía que tuviesemos que avanzar con cuidado y no demasiado rápido si no queriamos resbalar.


Reconozco que el camino de regreso no se me hizo tan duro, y aunque ya llevaba mucho cansancio y esfuerzo acumulado en mis piernas, avanzaba con mayor soltura que en la subida, algo que creo se refleja en mi cara.

Finalmente, a las 14:00, y después de más de tres horas de dura travesía, y con quince minutos de adelanto sobre el tiempo previsto, llegabamos de nuevo a la zona del camping.


Habían sido seis kilometros de dura caminata que estoy seguro no olvidaré nunca, pero que me dejan la satisfacción de poder decir que yo subí al Preikestolen, aunque quedé tan destrozado o más que el propio cartel que hay en el inicio del camino.

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