El 30 de junio vence el contrato vigente y la SAG (Screen Actors Guiad) que, aunque no representa con todos los actores, cuenta con la nada despreciable cifra de 120.000 afiliados, amenaza con iniciar un paro de forma inmediata.
El otro gran sindicato de actores, AFTRA (American Federation of Television and Radio Artists), alcanzó un acuerdo con los empresarios a principios de mes, que no es del agrado de la SAG, que no se muestra de acuerdo en el uso establecido de las filmaciones de televisión en Internet y que, además, considera insuficiente el aumento de salarios pactado.
Si al final la huelga se lleva a cabo, el seguimiento podría ser mayoritario, ya que no sólo la secundarían los afiliados de la SAG, sino que también podrían hacerlo la mitad de los de la AFTRA, que también están afiliados a la SAG. Como vemos, un auténtico galimatías que podría llevar a una nueva paralización de series televisivas y proyectos cinematográficos en ciernes, como ya ocurrió con la huelga de guionistas. Antes tenían actores pero no contaban con los guiones y ahora van a tener guiones pero no tendrán actores para interpretarlos.
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