Como os había prometido, y aprovechando que hoy es martes, día para hablar en el blog de mis viajes, os relataré un poco lo acontecido en este último fin de semana en el que me he acercado a tierras catalanas.
El viernes salí prontito de Donosti, a eso de las 16:15, asegurándome así llegar a buena hora a Lleida para preparar la cena. Coincidía además que Ivan y Tatiana se marchaban de vacaciones a Salou, aprovechando para parar el viernes en Lleida y pasar un tiempo con nosotros.
Ellos llegaron un rato después que yo, pero también a una hora prudente, lo que nos permitió estar preparando la cena a buena hora, como podéis ver en la foto:
Aquí tenéis la foto de los tres mosqueteros justo antes de empezar a cenar, por cierto, por fin Ivan (a la derecha del todo) tiene su momento de gloria y de aparición en el blog, cosa que estaba deseando desde hace tiempo.
Una vez habíamos llenado los estómagos nos escapamos los tres a tomar unas copas por Lleida, como ya dije en otro articulo uno de los objetivos era pasarse por el Gurugu, pero al final terminamos la noche en el River, otra discoteca en el centro de la ciudad bastante próxima a la casa de Asier.
A la mañana siguiente nos levantamos prontito, nos preparamos y nos escapamos a la piscina a darnos unos chapuzones y quitarnos un poco la resaca del cuerpo.
Que conste que me toco ejercer de tío con el pequeño Eneko, función que siempre cumplo con agrado, ya que durante un buen rato el amigo Asier se dedicó a quedarse tirado bajo el sol descansando mientras los demás nos ocupabamos de cuidar a su criatura.
Aunque también es verdad que durante otros momentos nos dedicamos a hacer un poco el tonto como podéis ver en el siguiente vídeo:
Ese día lo terminamos jugando a los bolos en el Bowling y luego cenando en casita tranquilos. No lo vamos a negar, aunque para ese momento Ivan y Tatiana ya se habían ido hacia Salou, la intención que teníamos Asier y yo era la de salir a dar una vuelta después de cenar e incluso de pasarnos por el Gurugu, pero las cosas como son, ya estamos viejos, y después de la cena, cansados por un día agotador de piscina y bolos, nos quedamos medio dormidos en el sofá viendo la tele. Bueno, lo de medio dormidos es un decir, porque el amigo Asier se dedicó a roncar de lo lindo durante la pelicula.
El domingo tocaba visita cultural, así que a la mañana, Montse, Eneko y Yo nos escapamos a Almenár, un pequeño pueblo cercano a Lleida (a unos 20 o 25 kilómetros) en el que celebraban un mercado medieval.
Paseamos un rato por el pueblo, el cual hay que decirlo no tenia más que cuestas, y ojeamos un poco lo que había en el mercado, hasta que nos dieron las 2 de la tarde y decidimos volvernos a casa a comer.
Eso sí, la anécdota de la mañana la protagonizó el pequeño Eneko, el cual quiso montarse en uno de los ponis de la foto, Le compramos el ticket e hicimos la correspondiente cola, pero cosas de niños, cuando llegó su turno y después de haber esperado más de 10 minutos, resulta que el caballito le daba miedo y no quiso montarse sobre él.
Del domingo a la tarde poco que decir, tirados en casa frente a la tele aprovechando las diferentes retransmisiones deportivas que había: tenis, fútbol, formula 1, etc.
Esta claro que ha sido un fin de semana de relax y descanso, quitando un poco la noche del viernes, pero bueno, de estos también hacen falta de vez en cuando, no todo va a ser salir de juerga por ahí.
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