19 de Noviembre del 2008
Este articulo es continuación de Viaje a Australia (4º Día)
Como ya os comenté en el articulo anterior uno de los espectáculos naturales que se pueden contemplar en el Uluru es el amanecer, momento en el cual debido al cambio natural de la luz del sol se va produciendo un espectacular cambio de color de la famosa roca.
Para ello logicamente tocaba madrugar, así que quedamos a las 5 de la mañana junto al coche para salir hacia el punto de observación, el problema vino a que debido a la cantidad de cerveza ingerida el dia anterior a Luisma y a mi se nos pegaron las sabanas, provocando que saliésemos algo tarde del hotel (pasadas las 5:30 AM).
Tras pagar la correspondiente entrada al parque (25 $ por persona, entrada valida para tres días) llegamos al punto de Sunrise Point, pero ya un poco tarde, porque tan solo 5 o 10 minutos después de llegar nosotros la gente comenzó a abandonar el lugar.
La verdad es que llegar del Hotel al punto de observación del amanecer no es más de 15 minutos conduciendo, el problema estaba en que nos habíamos levantado bastante tarde, por no decir muy tarde, pero bueno, ya no tenia solución, nos habíamos perdido el amanecer y no le íbamos a dar más vueltas así que aprovechamos para desayunar allí mismo con algunas provisiones que llevábamos en el coche:
Daba la casualidad de que el 19 de Noviembre, fecha en la que nos encontrábamos, era el cumpleaños de Seve (33 años), así que le dimos una pequeña sorpresa que le habíamos preparado el dia anterior sin que él se diese cuenta:
Una vez habíamos recuperado fuerzas con el desayuno nos dirigimos a otra zona del parque, Kata Tjuta, zona que también es conocida vulgarmente como Las Olgas.
Se trata de otra zona turística que esta situada a 44 kilómetros del Uluru y en la que se pueden hacer buenos paseos a pie.
A mitad de camino hicimos una parada en un pequeño mirador que hay en mitad del desierto y desde el que se tiene una bonita vista de la zona. Como os podéis imaginar hicimos unas cuantas fotos antes de volver a montar en el coche para continuar nuestro camino.
Primera parada Walpa George Walk, un buen punto para empezar, ya que el paseo que se hace en esta ruta es de poco más de un kilómetro. Algo sencillo y no demasiado fuerte para ir aclimatándose al terreno y al fuerte calor que nos golpeaba.
Una vez llegamos al mirador del final del paseo coincidimos con un par de chavalitas del Sur de Francia muy majas y que hablaban un poquito de castellano, las cuales se prestaron a sacarnos la foto que veis a continuación, por cierto, mi cara de resaca me delata.
Siguiente parada Valley of the Winds, esta vez ya un plato fuerte por dos razones, primera, la distancia a recorrer ahora superaba con diferencia la del paseo anterior, y segunda razón, según el día había ido avanzando la temperatura había ido aumentando, con lo que el calor que soportamos en esos momentos comenzaba a ser ya inaguantable.
Pero nos armamos de fuerza y de valor y comenzamos nuestra caminata. Primera etapa 1,7 kilómetros hasta el primer punto, sitio al que como veis en la foto llegamos bastante enteros a pesar de que el terreno no era de lo más adecuado para caminar.
Desde aquí hasta el segundo puesto de control del paseo, denominado Karingana, teniamos otros 1,6 kilómetros, así que nos pusimos manos a la obra.
Os puedo asegurar que el paseo es de lo más agradecido, hay vistas muy bonitas ya que el paisaje, a pesar de ser bastante desértico, ofrece algunas estampas de lo más curiosas, eso sí, no os olvidéis de llevar a mano un botellín de agua o algún tipo de liquido con el que ir hidratandoos porque el calor es verdaderamente abrumador.
Como os he dicho la distancia entre el primer y el segundo punto de control era algo menos que la que había en la primera etapa, pero os puedo asegurar que a mí se me hizo bastante más larga, seguramente por lo comentado antes, el calor era más fuerte, la inclinación del camino era mayor, y logicamente cada vez eran más visibles los estragos que la resaca iba haciendo en mí.
Ahora teníamos dos opciones, o continuar el camino (5,6 kilómetros hasta el punto de partida) o dar la vuelta por donde habíamos venido (3,3 kilómetros en total).
Os aseguro que a mí me hubiese encantado completar el circuito, pero la verdad es que empezaba a notar ciertas molestias en mi espalda, y como sabéis hacia tan solo un par de semanas que había salido de estar casi un mes de baja con fuertes dolores de ciatica, así que preferí no arriesgar y yo decidí tomar el camino corto, así que nos dimos la vuelta.
Llegamos al coche, descansamos unos minutos y tomamos carretera en dirección al hotel a descansar un poco, sitio al que llegamos a las 14:00.
Ya en el hotel nos dimos un bañito en la piscina para relajarnos y luego pasamos a la zona del bar a comer algo. Que sepáis que en el hotel además del bar en el que ya visteis cenamos el dia anterior, existe también una pequeña pizzeria en la que uno puede comer pizzas, hamburguesas o como hice yo, un Wrap de Canguro, que viene a ser una especie de pita mexicana, me refiero a la torta fina de masa de harina, rellena de carne de canguro mezclada con verduras variadas (9,9 $ la unidad).
El sitio no es que fuese gran cosa como veis en la foto, en la que se ve a Luisma y a Edu esperando su turno, pero permite comer a esas horas (las 15:00 o 15:30), una hora que para nosotros aún es normal para comer pero que para ellos ya es demasiado tarde, con lo cual es imposible que a uno le sirvan en el restaurante que hay junto a la piscina. Eso sí, tampoco penséis que esta abierto a todas horas porque poco después de pedir nosotros cerraron.
Una vez habíamos llenado los estómagos y recuperado algo las fuerzas, nos fuimos a la habitación a descansar un rato. Yo que no soy mucho de siesta saqué la mesa de la habitación fuera para no molestar a Luisma y estuve un rato apuntando lo que habíamos hecho durante el dia en mi pequeña libreta.
Tras un breve descanso, a eso de las 17:30, cogimos de nuevo el coche y nos escapamos de nuevo al Uluru a presenciar el atardecer. Ya que nos habiamos perdido el amanecer, pues tocaba ver el atardecer.
Cuando llegamos no habia demasiada gente, pero poco a poco el lugar fue llenandose de turistas como nosotros. Algunos llegaban en coche y muchos otros en caravana, pero todos venian a ver lo mismo, el atardecer en el Uluru.
Allí estuvimos un buen rato, yo diria que más de una hora. Y cuando ya creimos que habiamos visto lo mejor del atardecer nos fuimos para el supermercado, compramos algo con lo que hacernos unos sandwiches en el hotel y nos escapamos a dencansar.
El día habia sido duro y queriamos madrugar para al dia siguiente poder contemplar el amanecer antes de abandonar Ayers Rock ya que con la tonteria nos lo habiamos perdido, asi que para las 21:00 ya estabamos en nuestras correspondientes habitaciones, cenados y dispuestos a irnos a dormir.
2 comentarios:
Pues en estos momentos que hace tanto frío un poquito de envidia he sentido por la calor que sufristeis.
Buenas Inigo. Gracias por sacar la foto de mi cumpleaños. Saludos a todos/as que seguis el blog y Feliz año.
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