Articulo anterior: Viaje a Noruega - 2º Día (1ª Parte)
A las 14:50, y después de pasar siete horas en el tren, llegabamos por fin a la ciudad de Bergen, una de esas ciudades de visita obligada si uno va a Noruega, aunque en esta ocasión nosotros pasariamos de largo.
Habiamos llegado a la estación de tren, pero ahora tocaba recorrer el pueblo lo más rapidamente posible para llegar cuanto antes al puerto y sacar los billetes en el Ferry que teniamos que coger para llegar a Stavanger, nuestro próximo destino.
Estaba claro que era una ciudad a la que había que dedicarle algún tiempo, ya que merecía la pena, pero eso lo dejariamos para la vuelta, en esta ocasión nos limitamos a curiosear un poco por las calles de camino al puerto.
Fueron quince o veinte minutos de caminata, no creo que fuera mucho más, y enseguida llegamos al puerto, otro lugar precioso que dejaba bien claro que a esta ciudad había que dedicarle algo más de tiempo.
Nos acercamos a la oficina del Ferry y hicimos la correspondiente consulta sobre horarios y precios. El billete de ida y vuelta a Stavanger nos costaba 990 coronas a cada uno (unos 82 €), como curiosidad os diré que el viaje de ida unicamente venía a costar casi 800 coronas.
Teniamos el próximo Ferry a las 16:30, así que andabamos bien de tiempo, incluso teniamos tiempo de acercarnoa a algún sitio a comer algo, que ya era hora.
Justo en la calle principal que daba a parar en el puerto había un Burger King, asi que no nos lo pensamos dos veces, además matariamos dos pajaros de un tiro, por un lado meteriamos algo consistente en el cuerpo con lo que recuperar fuerzas, y por otro lado podriamos utilizar el WiFi gratuito del local para consultar el correo electronico y mandar algún email que otro.
Los dos menus completos en el Burger King nos costaron 254 coronas, o lo que es lo mismo, unos 22 €.
Y una vez que habiamos recuperado fuerzas, a eso de las 16:10, nos acercamos al embarcadero. El Ferry llego puntual, se bajó la gente que venía en él, y enseguida acedimos nosotros al interior del barco, como curiosidad os diré que a la entrada del barco, uno de los tripulantes va grabando con una grabadora el nombre y los apellidos de cada pasajero, supongo que por motivos de seguridad.
El día estaba siendo completito, habiamos pasado algo más de siete horas montados en un tren, y ahora nos tocaba aguantar otras cuatro horas de viaje en Ferry.
Afortundamente el Ferry disponía de cafetería, baño, e incluso WiFi gratuito, así que las cuatro horas de viaje que teniamos por delante serían relativamente llevaderas.
Eso si, tuvimos que improvisar soluciones para poder recargas nuestros iPhones, que después de tanto uso iban quedandose sin batería.
Por fin, a las 20:40, despues de cuatro horas y diez minutos de viaje, llegabamos a Stavanger, ahora solo quedaba localizar el albergue que teniamos reservado para descansar de una vez por todas.
Según habiamos curioseado en el plano, daba la sensación de que el albergue no estaba muy lejos, asi que nos pusimos manos a la obra a callejear por la ciudad. Pero nos habiamos equivocado, llegar a la zona del albergue nos llevo algo así como una hora andando, a lo que hay que sumar que por mucho que mirabamos no encontrabamos el albergue donde se suponía que debía estar.
fueron momentos de tensión y nerviosismo, teniamos la dirección exacta del albergue, incluso imagen del plano, pero donde debía estar el albergue lo unico que había era un Hospital.
Finalmente lo descubrimos, en la parte trasera del Hospital, en lo que parecía una especie de residencia de estudiantes de medicina, se encontraba el albergue que andabamos buscando.
El albergue era muy nuevo y moderno, y las habitaciones como veís no tenían nada que envidiar a las de cualquier Hotel de tres estrellas o incluso cuatro. El precio, 795 coronas la habitación para los dos con desayuno incluido, unos 67 euros.
Entre una cosa y otra eran ya las 22:45 de la noche, y aunque nuestra intención era acercarnos a cernas al centro de la ciudad al final decidimos cenar en el albergue. Por un lado era tarde, por otro lado teniamos que andar según nos habian comentado unos 30 minutos hasta el cenro, y por otro lado el cielo estaba bastante negro y amenazaba lluvía, lo que podía ser un contratiempo si nos pillaba a mitad de camino.
Así que bajamos a la cafetería del albergue, cogimos un par de bocadillos, una porción de pizza, un botellín de agua y una fanta naranja (159 coronas, unos 13 € y medio) y nos fuimos a cenar a la habitación, donde además de baño y tele disponiamos de WiFi gratuito (algo que como ireís viendo era habitual practicamente en todos los sitios)
2 comentarios:
.-IGNIGO: Con tanto viaje al final vas a aprender mucho inglés.
.-En cuanto a lo que comentas del "wi-fi", es cierto ahí están muy modernizados; algo más que aquí.
.-Saludos.
Hombre, la verdad es que es la mejor manera de aprender idiomas !!!
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