martes, julio 22, 2008

Mónaco

En varias ocasiones os he comentado que tenia intención de hablaros sobre el viaje que realicé hace ya algunos años al Principado de Mónaco, pero por una cosa o por otra siempre he ido dejando el tema de lado hasta hoy, día en que si os hablaré de ello.

No recuerdo muy bien cuando fue esto, si en Abril o Mayo, pero más o menos fue en uno de estos meses del año 2001 cuando efectué esta escapada.

Unos amigos de Juanjo se habían apuntado a un viaje organizado que llevaban varias años realizando en una agencia de viajes de Eibar, y no recuerdo ni como, pero consiguió convencernos a Mikel y a mí para que nos apuntásemos también a la excursión.
Era un viaje en plan barato, en autobús litera, para pasar el fin de semana del Gran Premio de Formula 1 en el Principado, visitar un poco la ciudad y ver el ambiente que rodeaba a la carrera, porque a decir verdad, viajábamos sin entrada al circuito ni nada parecido.

Recuerdo que el autobús quedo aparcado en la zona donde se encuentra el campo Stade Luis II, campo donde juega sus partidos el AS Monaco, un sitio bastante céntrico y que nos permitía movernos andando desde allí a la zona del puerto en tan solo unos minutos, zona además donde se encontraban las duchas publicas en las que nos duchábamos por la mañana.

La verdad es que no guardo muchos recuerdos en mi memoria del viaje, tengo todo bastante borroso, aunque tampoco es que hayan pasado muchos años, pero si no me equivoco el sábado a la mañana estuvimos curioseando un poco por la ciudad y buscando algún sitio desde poder presenciar en parte los entrenamientos de la Formula 1 sin tener que pagar entrada.
Eso si, os puedo decir que los primeros minutos en la ciudad uno queda impresionado por los coches que se veían pasar por la carretera, desde Ferraris a Maserattis pasando por Jaguars y Lamborginis que quitaban el hipo, pero después de ver pasar unos cuantos de estos coches como que uno se acostumbraba a ellos y terminaba por no darles importancia.



Recuerdo que había partes altas de la ciudad desde donde se podía ver un poco la pasada de los coches a gran velocidad. Pero lo mejor de todo llegó al finalizar los entrenamientos, ya que nada más pasar el último coche por la linea de meta se abrieron las vallas de seguridad permitiendo a los aficionados acceder al circuito donde aún se encontraban los coches y los pilotos que no habían tenido tiempo de recoger sus bártulos.

Fue uno de los momentos especiales del viaje, os aseguro que poder darse una vuelta a pie por el circuito donde acaban de entrenar los monoplazas y donde al día siguiente se correrá el popular Gran Premio de Mónaco es todo un placer y una experiencia. Aquí por ejemplo me podéis ver posando en la famosa curva del circuito, una de las más lentas, si no la más, de todo el calendario de la F1:


Luego también estuvimos en la zona de boxes, donde pudimos ver de cerca como pesaban los monoplazas y como algunos pilotos terminaban de ultimar detalles en sus coches. La verdad es que fue sin duda la parte más emocionante del viaje, porque la ciudad en sí es bastante pequeña y no deja de ser una ciudad costera más, eso sí, con un puerto repleto de grandes y caras embarcaciones que le dejan a uno con la boca abierta.

Pero luego el domingo nos limitamos a dar una vuelta por la ciudad viendo el ambiente que se respiraba para terminar comiendo en una terracita un plato combinado, aun precio totalmente desorbitado, y viendo la carrera por la tele, eso sí, escuchando el ruido de los monoplazas pasando a menos de 50 metros de donde nos encontrábamos sentados.

Por la tarde vuelta en autobús hacia Doností ya que al día siguiente había que currar, como veis un viaje cortito en el que aparte de hacer un poco de turismo pudimos vivir de cerca el ambiente tan curioso que se vive en el Gran Premio más elitista y glamuroso del circo de la F1.

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