martes, mayo 20, 2008

Cateto en Tránsito

Supongo que seréis más de uno los que hoy martes habréis pensado que siguiendo con la serie de artículos basados en mis viajes hoy pasaría a hablaros de mi última escapada a la isla de Menorca.

La verdad es que no estáis mal encaminados, ya estoy de vuelta en casa y como os prometía en el articulo publicado ayer, aunque escrito hace ya algunos días, os comentaré algunos detalles del viaje. Pero como creo que este viajecito ha dado bastante de sí he decidido dedicarle más de un articulo para poder daros la mayor cantidad de detalles posibles sobre lo que he hecho el fin de semana y los sitios que he visitado.

Eso si, el primer articulo basado en el viaje y que estáis leyendo ahora mismo, va a estar más dedicado a mis aventuras en el viaje de ida que en la propia visita a la isla. Como ya sabéis los que me conocéis en persona, soy muy dado a todo tipo de anécdotas inverosímiles que parece que solo me ocurren a mí, así que voy a pasar a relataros mi odisea hasta llegar a mi punto de destino.

El viernes me levanté prontito para no andar con prisa y llegar bien al aeropuerto de Bilbao, sobre todo teniendo en cuenta que uno nunca sabe lo que se va a encontrar en esta autopista (accidentes, atascos, desprendimientos, etc.).
Eran las 5 de la mañana cuando salia del barrio de Loyola, y la verdad es que tuve suerte porque no pille casi tráfico, con lo que para las 6 de la mañana tenia ya el coche aparcado en el parking del aeropuerto.
Pasé por la ventanilla de Spainair, facture mi pequeña bolsa de equipaje y recogí mi tarjeta de embarque, momento en el que me informaron que a las 6:30 debía embarcar por puerta 1.

Me quede esperando en el hall del aeropuerto hasta que en las pantallas salió el rotulo de que los pasajeros con destino a Barcelona del vuelo de Spainair podían ya embarcar por puerta 1.
En ese mismo momento yo acudí al embarque, pase el pertinente control policial y accedí al pasillo que me correspondía en el que había 5 puertas de embarque a los aviones. Me acerqué a la mía, la entrada 4, y como no había nadie junto al ordenador que había en la entrada a la rampa de embarque decidí esperar sentado en uno de las butacas que había a la espera de que se abriese el embarque a la aeronave. Me extrañaba que no llegase nadie, ni siquiera las azafatas encargadas de comprobar los billetes y de permitir el acceso al avión, pero bueno, sus motivos tendrían.

Poco a poco fueron pasando los minutos, hasta que de repente oigo por megafonia:

"Por favor, el pasajero Ignigo Etxart embarque urgentemente por puerta 4"

No me lo podía creer, era a mí a quien estaban llamando por los altavoces. Me asomé a la rampa y vi como al fondo había una mesa con tres azafatas que hacían gestos de que me diese prisa en bajar. Rápidamente baje hasta ellas y accedí al avión entre las miradas del resto de pasajeros a los cuales solo les falto aplaudir.


Lo que no termino de entender es como habían entrado en el avión sin que yo les viese, me imagino que toda esa gente había entrado en la zona de embarque antes de que saliese el rotulo en pantalla, con lo cual en cuanto se abrió el embarque en el avión accedieron a él, con lo cual mientras yo pasaba el lento y rudo control policial ellos habían ido entrando en la rampa lo que provocó que para cuando yo llegase ya no hubiese nadie a la espera.

Pero bueno, tampoco había sido grave, había estado apunto de quedarme en tierra pero la cosa no había pasado de ahí.

A las 8 de la mañana aterrizaba en Barcelona, aeropuerto en el que tenia que esperar casi 3 horas hasta que a las 10:50 saliese mi otro vuelo con destino a Menorca, así que decidí comprarme el MARCA para pasar el rato leyendo algo. Miré las pantallas y observe que mi vuelo tenia adjudicada la puerta 31, así que para evitar nuevos errores me planté enfrente de ella a esperar.


Llevaba un rato leyendo el periódico cuando decidí tomarme un café, hasta aquí todo normal, pero la sorpresa llegó a la vuelta, cuando al comprobar de nuevo mi vuelo en las pantallas descubro que el vuelo a Menorca ha desaparecido. Afortunadamente enseguida una azafata de Spainair me tranquilizó informándome que eso solía ocurrir, que seguramente mi vuelo iba a cambiar de puerta de embarque y de momento no tenia puerta asignada, que en breve saldría la información. Me quede allí enfrente esperando y así fue, enseguida el vuelo fue nuevamente ubicado en la puerta 34, así que me fui allí a terminar de leer el MARCA.

Poco a poco iba pasando el tiempo y se iba llenando de gente la zona de embarque junto a la puerta 34. Junto a mi se sentaron un grupo de jubilados que empezaron a enseñarse entre ellos fotos de sus respectivos nietos hasta que comenzaron a hablar sobre la demora que estaba sufriendo el embarque en el avión. Por la ventana podíamos ver el hueco donde debía estar nuestro avión, y aún no había llegado, por lo que nos podíamos hacer a la idea de que el vuelo se iba a retrasar, primero tenia que llegar el avión, luego tenían que limpiarlo y luego hacernos subir. Así que una de las mujeres que del grupo comentó:

"Fíjate, ya son las 10:30 y no ha llegado el avión, además luego tienen que limpiarlo y tenemos que subir, total, que hasta las 11:30 por lo menos no sale, más 3 horas y media de viaje, llegaremos a Copenhague a las 15:00 y tendremos todos los locales para comer cerrados".

¿Copenhague ?, imaginaros mi cara de sorpresa, me levante corriendo y fui a mirar los monitores, y allí estaba, la puerta 34 ahora correspondía al vuelo de Copenhague y a mi nadie me había avisado que el de Menorca pasaba a la puerta 38.

Vuelta a correr para llegar de nuevo por los pelos al embarque de mi avión. Parece mentira, ni que fuese la primera vez que montaba en avión, pero por segunda vez seguida en lo que iba de mañana había estado a punto de quedarme en tierra.

Parecía que ya no podían pasarme más cosas ya que ya estaba sentado en el avión y camino de Menorca, pero todavía se lió más el asunto.
Al llegar a Mahón e ir a recoger el equipaje me encuentro con que la cinta signada para la salida de nuestras maletas es la misma en la que están saliendo los equipajes de dos aviones de procedencia británica, uno de Manchester y el otro de Glasgow.
Imaginaros el follón con tanto guiri intentando coger sus maletas, pero bueno, cuando llevábamos allí unos 10 minutos apareció una azafata de Spainair gritando, nos habían cambiado de cinta transportadora y nuestro equipaje saldría por otra cinta.
Así que todos como borregos para el otro lado, llegamos allí, se abren las compuertas, salen 7 u 8 maletas y vuelven a cerrarse las puertas ante nuestro asombro.
Vuelve a aparecer la azafata y pidiéndonos perdón nos informa que parte del equipaje sigue saliendo por la misma cinta que la de los guiris, así que vuelta a pelarse con ellos por intentar pescar las maletas entre tantas manos.

Finalmente, y tras un viaje movido y lleno de confusiones, consigo coger mi maleta y salir del aeropuerto sano y salvo en dirección a la oficina de coches de alquiler, momento en el cual podemos decir que comienza mi visita como tal a la isla, pero eso ya lo dejo para otro articulo.

Espero no haberos aburrido mucho con mis aventuras de aeropuerto, pero creo que semejante cumulo de errores se merecían su momento en el blog.


3 comentarios:

montse dijo...

PERO MIRA QUE ERES....
el embarque de la maleta, te lo podrías haber ahorrado... con tus mini maletitas que llebas...
Ya estas ensenyando fotos de menorca, venga, que ya tardas.

Muxus.

Ignigo dijo...

Vamos a ver rubia, la maleta no se embarca, se factura, y la verdad es que pensé llevarla encima, porque como te puedes imaginar llevé la misma mochilita de siempre, la que llevo cuando voy de fin de semana a tu casa, pero como habia que hacer espera en Barcelona era por no tener que cargar con ella.

En cuanto a los fotos, no te preocupes, que las verás, es por darle más emoción a la cosa.

Andybel dijo...

.-IGNIGO: ¿Cateto en Tránsito? Creo que te has equivocado de título para tu post. Tendría que ser "Tránsito Aeroportuario en el País de los Catetos".

.-Curiosas anécdotas de aeropuerto que con mayor o menor intensidad, nos han ocurrido a todos en este "Catetulandia" de país que nos ha tocado vivir, a pesar de las modernidades que se nos quieran atribuir últimamente.

.-Saludos desde Cosas y Casos de Andybel.