Aunque estáis acostumbrados a que os hable muchas veces de películas de cine y series de televisión en este caso no voy a hablaros de ninguna serie nueva de reciente estreno ni por supuesto de la famosa película gore de Brian Yuzna, si no de lo que realmente es el dentista para nosotros, ciudadanos de a pie, o por lo menos para mí.
Durante las últimas semanas he estado visitando al dentista, hace dos semanas fue la extracción de una muela, la semana pasada la limpieza de las encías, esta semana la desvitalización de una muela que me reconstruirán hoy mismo a las 13:00 y aún queda lo peor por venir la semana que viene, así que se puede decir que en los últimos días he tenido una relación directa con el mundillo de los dentistas.
Lo que quería comentar, algo de lo que podría hablarnos largo y tendido mi buen amigo Manuel, que para eso se dedica a ello, es del dolor y el miedo que pasamos cuando vamos al dentista.
No sé si será porque los medios utilizados han cambiado mucho en los últimos años, o porque simplemente nos hacemos mayores y nos damos cuenta de manera racional de que es una cosa que tenemos que hacernos nos guste o no, cosa que quizás no teníamos tanto en cuenta cuando eramos más pequeños, pero la verdad es que a mi me da la sensación de que ahora sufro menos en el banco del dentista de lo que lo hacia hace algunos años.
Como digo hace tan solo dos semanas me sacaron una muela que ya antes me habían reconstruido y que era imposible arreglar en estos momentos, y quitando lo mal que lo pasé cuando me fueron a poner la anestesia, porque le tengo un pánico horrible, se puede decir que no note mucho más, un poco de molestia en el momento de la extracción, pero nada de dolor como tal. Quizás la semana pasada sufrí un poco más con la limpieza, pero más que dolor yo diría que era dentera al oír el ruidito de la especie de taladro o pequeña limadora que utilizan dentro de nuestra boca.
A lo que voy es que recuerdo perfectamente como antes el día que tenía que acudir al dentista me levantaba ya nervioso y con miedo de que llegase la hora de entrar en la consulta, pero ahora no le doy ninguna importancia, vamos, es una cita como cuando me toca llevar el coche a la revisión, solo que ya sé que voy a estar un rato sentadito con la boca abierta.
No sé lo que pensareis vosotros, pero a mi ese pánico que antes tenia por el dentista hace tiempo que se me ha pasado, como os he dicho no sé si es cosa mía o que los métodos han cambiado y ya no se sufre tanto en la consulta, pero desde luego ya no tengo ese cosquilleo producto del nerviosismo.
¿Que pensáis vosotros sobre el tema?, ¿Os ponéis nerviosos el día que tenéis que acudir al dentista o simplemente os parece una cosa más que hay que hacer?
4 comentarios:
a mi me la trae floja, ahora me parece altamante desagradable cuando te inclinan la cabeza hacia atrás, te abren la boca e intentas tragar saliva y ...simplemente no puedes ; se va generando una bolsa liquida en el fondo de la cavidad bucal que espera ser deglutida y nada. Imposible. Cuando recuperas la verticalidad y te tragas esa bola de saliva es orgásmico.
Joder Luis !!!!, Cualquiera diría que disfrutas en esas situaciones !!!
Lo que no entiendo es por qué no nos duermen enteros. Lo anestesistas deberían emitir una queja conjunta....
Luis no habla del dentista gañan...
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