Supongo que vosotros, al igual que me pasa a mí, os teméis lo peor cada vez que tenéis que acudir a una de esas temidas reuniones de vecinos.
Afortunadamente en la comunidad en la que yo vivo somos pocos vecinos, tan solo 10 más la propietaria del local que hay junto al portal, y las veces en las que nos hemos reunido (creo que tres desde que vivo aquí) no ha habido demasiados problemas, más o menos la gente se lleva bien y ha habido consenso para todo aquello que hemos tenido que hacer, como pintar el patio, arreglar la instalación eléctrica de la escalera y cosas del estilo.
En cambio las reuniones de la comunidad de propietarios de garajes a la que pertenezco son siempre largas, problemáticas y con más de una rencilla entre propietarios, discusiones que muchas veces bien dadas por problemas entre estos vecinos que trasladan sus conflictos personales a estas reuniones.
Si hay que hacer algo siempre hay a alguien a quien le parece mal o le parece que se debería hacer de otra manera, lo que provoca que tomar una simple decisión se eternice con diferentes propuestas o alegaciones.
Sinceramente son este tipo de reuniones a las que temo acudir, a mi no me gusta meterme en esas discusiones, por temas la mayoría de la veces totalmente banales, así que me suelo limitar a escuchar, asentir y votar lo que yo creo oportuno, me suelo desesperar cuando veo que una reunión que podía haber sido liquidada en hora y media se alarga superando las tres horas o más, casi siempre además por culpa de los mismos cabezotas.
Toda esta reflexión me ha venido a la cabeza después de acudir ayer a la reunión anual de socios de la Sociedad Gastronómica a la que pertenezco.
El año pasado fue la primera vez que acudí a una de estas reuniones ya que era mi primer año como Socio, y ya entonces me lleve una buena sorpresa cuando vi que una reunión que empezó a las 9:30 de la mañana continuaba aún en marcha pasadas las 14:00 horas.
En aquella reunión el tema principal que largo en exceso la sesión fue el tema de que pagasen diferente cantidad por el uso de la sociedad aquellos que eran socios de los que no lo eran, con la puntilla de que los familiares directos de socios pagasen como socios.
Parece una cosa simple y fácil de entender, pero no, hubo una larga discusión sobre quien era familiar directo y quien no, parece mentira, pero una cosa tan simple y fácil de entender mantuvo parada la reunión casi durante hora y media o más.
Así que este año ya iba prevenido, y menos mal, porque la de este año fue aún más larga. Se votaron temas tan ridículos para mi como si poner o no una esquela cuando muriese un socio, temas que contados así parecen simples y rápidos de decidir, pero que en una reunión con más de 80 socios presentes provoca todo tipo de opiniones, alegaciones y propuestas.
Por no hablar del tema de la limpieza, un tema que se alargó durante casi dos horas para decidir si mantener la empresa actual contratada o contratar a una persona autónoma directamente.
Toda la mañana del domingo perdida en votaciones absurdas que no llevan a nada, pero bueno, habrá que consolarse pensando que afortunadamente esto es solamente una vez al año.
1 comentario:
Si se reflejan por escrito los temas a tratar y soluciones a la hora de las reuniones esta ganado el 90%.
Tu Comunidad dfe Propietarios en Internet.
Saludos.
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